Ernesto Valverde tenía razón, ¡no vale para este Barça!

Ernesto Valverde tenía razón, ¡no vale para este Barça!

¿El nuevo Iniesta? Desde el vestuario le defienden pero ayer en Ibiza se vio la realidad

Ernesto Valverde era un entrenador que dejó claras sus ideas desde el principio. Desde su llegada al Barcelona quiso dejar su impronta. Su primera petición fue la de Iñigo Martínez. Quería un central zurdo e Iñigo cuadraba por calidad precio. Eran 30 millones. El Barcelona no lo vio claro y firmó a Lenglet. Ahora mismo Iñigo es internacional con España y ha demostrado ser un central de sobrada categoría. Es una muestra más de que Valverde, pese a lo que muchos piensen, no se solía equivocar. No lo hacía, visto lo visto ayer, con Riqui Puig. Muchos culés le dan hoy la razón, ¡no vale para este Barça!

Y es que el Barcelona actual no es el de Guardiola donde los canteranos se acoplaban a un sistema y un equipo hecho. Ahora deben aportar mucho más. Deben ser faro, deben destacar. Ansu Fati lo está viviendo en sus propias carnes. Parecía que se iba a comer el mundo, pero de momento no será así. Ayer no hizo un mal partido, pero muy lejos de lo que muchos esperaban de él. El nuevo Messi tendrá que esperar.

El caso de Riqui Puig es el más llamativo. La prensa desde Barcelona echaba en cara al entrenador vasco que no contará con él. Valverde no le veía preparado. No por su físico, que parece endeble pero que el vasco entendía que era más fuerte de lo que se apreciaba, si no por la intensidad y por la forma de jugar y, sobre todo, de defender.

Ayer en el gol del Ibiza Puig queda retratado. No sigue a su marca, el ex pucelano Javi Pérez, y el jugador remata solo a gol. Todos en el campo, incluido Quique Setién miraron al canterano. ¿Por qué te paras?

Luego con balón es una delicia. Eso no se puede negar. Pero el fútbol profesional no es una pachanga, son 95 minutos de intensidad. Y de momento no la tiene. Setién se plantea mandarle de nuevo al filial, pero sabe que será impopular. Debe tener mano derecha. Lo que está claro es que Ernesto Valverde tenía razón. Una vez más…