Ronald Koeman tiene un feo gesto con una pieza del Barça
El neerlandés no se corta ni un pelo
Ronald Koeman no cuenta con Samuel Umtiti, y eso lo ha dejado claro desde el primer día. Nada más aterrizar en el Barça, habló personalmente con él, y le dijo que lo mejor era que se buscara un nuevo equipo, en el que pudiera tener más minutos. Pero no tenía ofertas, y se quiso quedar, para pelear por tener una oportunidad y recuperar su puesto de titular. El resultado lo sabemos todos, pues el curso anterior fue un completo desastre, y decepcionó a todos.
Por eso, de nuevo estaba en la lista de descartes, y esperaban echarle a la calle lo antes posible. Joan Laporta le ofreció la rescisión de mutuo acuerdo, y le pidió que se marchara por las buenas. Pero, una vez más, el ex del Olympique de Lyon se cerró en banda, y puso una serie de condiciones para irse. La primera es que solo tiene pensado aceptar la llamada de clubes que disputen la Champions League, y la segunda, que le paguen lo mismo que percibe.
Una cosa que es completamente imposible, pues su salario está al alcance de muy pocos. Unos 10 ‘kilos’ netos por campaña se embolsa el internacional galo, que no está justificando en absoluto con su rendimiento. Lógico que nadie lo quiera ni regalado, y más, teniendo en cuenta su problemática con las lesiones y con su forma física. Pero el campeón del Mundial de Rusia en 2018 no tiene pensado renunciar a un solo euro de lo que tiene firmado.
Y, teniendo en cuenta que todavía le quedan dos años, en el Camp Nou tienen motivos para preocuparse. Ante la Juventus de Turín, en el trofeo Joan Gamper, ya se llevó una sonora pitada de parte de la afición, lo que provocó el enfado de Umtiti, que ni recogió el trofeo, ni se hizo fotos con el resto de sus compañeros. Y expresó su malestar en redes sociales. Koeman, que notó su enfado, tomó nota, y le castigó hace unos días, de la manera más cruel.
Porque mandó a calentar a ‘Sam’ delante del público durante unos minutos, en el choque ante el Getafe, para que se llevara los silbidos y abucheos.
Y después, ni jugó.