Cristóforo enamora a Unai Emery como el mejor 'fichaje' invernal del Sevilla

No muchas veces se nos acostumbra a ver historias de superación en los equipos de fútbol de élite, donde cada vez más los jugadores 'caros' o los que tienen el cartel de grandes estrellas parten siempre con ventaja sobre los más modestos o trabajadores simplemente por la obligación de la entidad de darles 'publicidad' a través de la titularidad. No es el caso del Sevilla y de Cristóforo. El joven 'charrúa' se ha convertido sin duda en una de las sensaciones de este invierno en la Liga española y en el mejor fichaje del conjunto hispalense, ya que ha pasado de no tener apenas minutos y de estar con pie y medio fuera del club a consolidarse como titular en la medular del equipo andaluz.

La historia de Cristóforo no ha sido nada sencilla. No hace tanto que volvió a disfrutar del balón, tras muchos meses ausente de los terrenos de juego por la grave lesión de ligamento cruzado que sufrió en su rodilla izquierda, tras la cual ha tenido que pasar por el quirófano dos veces. La carga de fichajes en la medular, con la llegada de N'Zonzi y la nómina de candidatos a ocupar el medio campo (Banega, Krychowiak, Iborra, Krohn-Deli) hizo que el uruguayo decidiese salir del equipo. Incluso hace semanas se le vinculó al Málaga. Pero con esfuerzo, trabajo y una confianza ciega de Unai Emery en él, ha terminado saliendo adelante.

Cristóforo ratifica esa confianza del entrenador vasco con números. Con él sobre el césped al lado del polaco ha hecho mejor a Krychowiak y se ha convertido en el ancla del Sevilla en el medio. Los hispalenses han encadenado tres victorias consecutivas, con el futbolista de Montevideo alcanzando casi la perfección en el acierto en el pase y siendo el que más 'tackles' realiza, según datos de los compañeros de Estadio Deportivo.

Ahora, un panorama nuevo se abre para él, a falta de pocos meses para la Copa América, competición en la que si sigue progresando podría tener una oportunidad con su selección. Sin duda una gran noticia para un Sevilla al que le faltaba una pieza para terminar de engrasar del todo su centro del campo.