Bradley Beal, Ben Simmons y Damian Lillard incendian el inicio NBA
Las tres estrellas siguen sin resolver plenamente su futuro, que lógicamente condiciona el balance de poder
Cuando una estrella entra en un nuevo equipo se incrementan las opciones de este y no solo por la calidad que trae el All Star en cuestión, sino porque este tipo de jugadores, asesinos de la presión y acostumbrados a los retos, suelen contagiar a sus compañeros e infundirles otro carisma sobre el parqué y en el juego. Ahora bien, si una estrella de las más selectas se une además a otro elenco de grandes figuras del baloncesto, entonces ya no hablamos de buenos equipos, sino de candidatos al título. Por eso el futuro de Bradley Beal, Ben Simmons y Damian Lillard mantiene en tensión a la liga.
Tengan en cuenta que algunas de las franquicias para las que suena Real Deal o Sub Zero son Golden State Warriors o Philadelphia 76ers, donde el talento del base de Washington Wizards o del playmaker de Portland Trail Blazers se encontraría con otros súper jugadores como Stephen Curry, Klay Thompson, Joel Embiid o Andre Drummond, por poner varios ejemplos; de modo que sí, el posible movimiento de estos dos jugadores -también de Ben Simmons, aunque en su caso por todo lo contrario al nivel excepcional de los dos primeros- interesa sobre manera al futuro de la mejor liga de baloncesto del mundo.
De Big Panda se habla de múltiples opciones, desde que quiera quedarse en el equipo capitalino, a que desee unirse a Steph, Steve Kerr y el Show Time de la bahía de San Francisco. Está claro que en el Chase Center, Beal sería miembro de un equipo con opciones totales de Anillo, algo que no le pueden ofrecer los Wizards, pero su motivo para salir sería bien diferente: la agencia libre sin restricciones, en la que un contrato de 235 millones, según Bobby Marks de ESPN, podría estar ejerciendo de fuerza motora en su decisión final. Los Warriors, por si acaso, esperan y preparan su jugada: no les temblaría el pulso con Andrew Wiggins, que es la pieza elegida para el intercambio.
Más complicado parece cada día que pasa el posible trasvase de Damian Lillard a Pensilvania a cambio del díscolo Simmons, y no es porque Fresh Prince no tenga ganas de salir, ya que, de hecho, ha amenazado con no ir a entrenar si no le dan la libertad, sino más bien porque el jugador referencia de Portland ha cerrado filas en torno a su equipo y su ciudad, mientras que Simmons se sitúa en estos momentos muy a la baja en su tasación debido a sus insulsas actuaciones en tiempos de Playoff.
Ahora bien, nada ni nadie puede poner la mano en el fuego porque los tres o todos ellos continúen donde estén y eso mantiene en vilo a la liga.