Damian Lillard rompe su silencio y Stephen Curry cuece su 'Big Three'
La estrella de Portland Trail Blazers y Estados Unidos, más cerca que nunca de San Francisco
Damian Lillard no solo es la estrella indiscutible de Portland Trail Blazers desde hace ya bastantes temporadas, sino que su madurez y eficacia le han convertido en uno de los mejores jugadores de la NBA y, por ende, líder junto a Kevin Durant de la expedición de Estados Unidos para la cita de los Juegos Olímpicos de Tokio 2021. Pero, así como su carrera se consolida, el playmaker cada vez está más cerca de certificar su salida de la franquicia de Oregón, para lo que se preparan Stephen Curry y Golden State Warriors.
Dicen ciertas fuentes que la franquicia de San Francisco estaría en primera línea de todas las opciones que maneja a estas alturas el genial jugador de Oakland. De hecho, su gran conexión con el norte de California, de donde es oriundo, unida a su enorme relación y entendimiento con la estrella del Chase Center, Stephen Curry, podría acelerar la oportunidad de volver a ver un Big Three en La Bahía.
Para ello deben darse dos circunstancias. La primera, de momento, ya se está fraguando a fuego lento y es la que relaciona el descontento del All Star precisamente con Portland, fruto del cual los Warriors podrían acceder a su figura. Sobre ello, las palabras Sub Zero, otrora taxativas en cuanto a su continuidad, ahora se han tornado enigmáticas y, si cabe, recurrentes en favor del interés californiano, ya que Lillard aseguró en la concentración norteamericana al respecto de su estancia en el Moda Center que “en este momento no estoy seguro de lo que voy a hacer”. Es más, comentó que siempre pensó que acabaría su carrera en los Blazers, pero que ahora quiere ganar. La pregunta es evidente: ¿puede darle tal cosa su actual equipo? Complicado
Por todo ello, las señales todavía llaman a la calma en Mission Bay, pero no a un estatismo total y en la urbe californiana ya empiezan a colocar sus argumentos tanto deportivos como económicos para permitir la entrada de Lillard en el esquema de Steve Kerr, que volvería a tener un trío mágico en sus manos; uno al menos tan demoledor como el que formaron Steph, Klay Thompson y Kevin Durant. Lillard va en serio y este es su órdago: quiere ganar, ya es el líder de EEUU (destrozó a España en el último amistoso) y quiere volver a casa, al Show Time de Oakland. Curry ya se frota las manos.