El amigo de LeBron humaniza a Curry y en la NBA se cuece un bombazo
Ni Warriors ni Lakers ni Nets, el favorito es otro
Es cierto que los hechos inusuales, precisamente por su misma constitución, hacen que sean fenómenos poco comunes, que rara vez suceden, y por tanto no suelen repetirse, pero lo cierto es que Stephen Curry y sus Golden State Warriors fueron a naufragar, cuando pocas veces lo han hecho esta temporada, ante su gran adversario por la excelencia de la liga, unos Phoenix Suns que de la mano de su bloque acabó con los pupilos de Steve Kerr, extrañamente fallones. Eso sí, ahora ni Lakers ni Nets ni posiblemente los propios Warriors pueden contar con más argumentos de favoritismo que el equipo del amigo de LeBron James, los Suns de Chris Paul.
Es verdad que el partido de CP3 no fue el mejor -de hecho, quien encarriló el triunfo de los de Arizona fue Deandre Ayton, con sus 24 puntos- pero da igual porque la victoria de los inquilinos del Talking Stick Resort Arena, en casa, sobre el equipo californiano fue coral y eso es algo que sí es muy reconocible en el vigente subcampeón de la mejor liga de baloncesto del mundo, por lo que no nos pilla por sorpresa y será una dinámica hasta el final. A los Suns hay que meterlos sí o sí en la pelea por el anillo.
Ahora bien, tan extraño fue el partido de los del Chase Center que los números del todavía favorito al MVP, Curry, se ajustaron a la peor noche de la temporada de su equipo. Es más, el 30 de Akron se quedó en los peores guarismos de su carrera con un 4/21 en tiros de campo y un extrañísimo 3/14 en tiros de tres, para un total de 12 puntos. Con todo, ambos equipos comparten un balance muy positivo, con 18 victorias y 3 derrotas, pero el aviso queda claro: ya nadie puede tomar a broma a estos Suns.
Una gran bomba
Por otro lado, más allá de la derrota de los de Mission Bay y la activación del protocolo Covid con LeBron James (que le tendrá de nuevo de baja, esta indefinida), la gran noticia que se avecina en la liga es el bombazo que puede suponer el traspaso de Kemba Walker, al que su entrenador Tom Thibodeau ha apartado del equipo. A sus 31 años y tras un franco retroceso en su explosión, el del Bronx puede ser el próximo gatillazo de la competición norteamericana después de fracasar en su aventura en los New York Knicks. Sobre ello, se empieza a especular con un intercambio por John Wall, en Houston, aunque Walker puede encajar en otras tantas franquicias. Veremos cuál es su destino, pero su marcha de Nueva York ya es un hecho.