La estrella NBA dice adiós a la temporada y favorece muchísimo a Antetokounmpo y Doncic por el MVP

Los Philadelphia 76ers son uno de los equipos que venían fortaleciendo sus opciones de luchar por el título esta temporada y esto, en gran parte, se debe a la magistral aportación de Joel Embiid, uno de los jugadores más laureados de toda la NBA.

Los números del gigante de origen camerunés (35’3 puntos, 11’3 rebotes y 5’7 asistencias) estaban siendo extraordinarios hasta que hace un par de semanas atrás sufrió un golpe en la rodilla que hizo saltar las alarmas en Pensilvania, un grado de preocupación que ha terminado confirmando los peores pronósticos para el jugador y la franquicia: Embiid pasará por el quirófano para operarse de una dolencia en la rodilla que mira a un desplazamiento de un fragmento del menisco.

Esto, como es fácilmente deducible, no solo impedirá al jugador optar al MVP, algo que sin duda supone un motivo de alegría mayúscula para el resto de candidatos a este galardón como Luka Doncic, Giannis Antetokounmpo y Nikola Jokic, actual poseedor del mismo, sino que dificultará mucho a los Sixers pelear por el anillo, un anillo que no gana la franquicia desde el año 1983.

No estamos diciendo, ni mucho menos, que el base esloveno y el pívot griego se alegren por la la lesión de gravedad de un compañero de profesión, pero desde luego que la candidatura de Embiid a ganar el MVP venía siendo fortalecida por su sobrenatural mes de enero y por el colofón a esta dinámica tan gratificante: el 23 de enero firmó 70 puntos en el duelo ante los San Antonio Spurs algo que le colocó, a criterio de la NBA, en el primer puesto de la clasificación por este premio.

A colación de esto hay que decir que pasar por el quirófano es la última opción que valoraba el jugador de 29 años ya que las molestias en su rodilla, según las primeras exploraciones, podrían haberse paliado con el descanso pertinente, algo que no se ha cumplido y que obligará a Embiid a estar en el dique seco los próximos meses.