LeBron James teme al nuevo quintento de la muerte de Stephen Curry
Milwaukee Bucks y Giannis Antetokounmpo están cerca de cerrar el bombazo del Este
Mientras LeBron James lloraba la pérdida del MVP a manos de Giannis Antetokounmpo y Anthony Davis llama cada vez con más fuerza a las puertas del trofeo al mejor jugador de los Playoff (aunque todos sabemos que si Los Angeles Lakers ganan el Anillo este galardón irá para The King) con una canasta sobre la bocina que tumba por segunda vez en la serie a Denver Nuggets, Stephen Curry, concentrado en la campaña 21/22, ya tiene casi confirmado el primer bombazo de Golden State Warriors, y es un anotador descomunal.
De cerrar esta incorporación, los de la Bahía podrían unir un jugadorazo al núcleo duro que forman Steph, Klay Thompson, Andrew Wiggins y Draymond Green, lo que les convertiría en un firme candidato al oro final. Y es que John Collins está sonando con fuerza para engrosar las filas de los de San Francisco, creando quinteto de la muerte en fase 2 muy consistente y de una potencia de fuego enorme. Collins, a sus 22 años, ha ido creciendo en la liga hasta la temporada pasada, donde promedió 21,6 puntos por partido, 10,1 rebotes por encuentro y 1,5 asistencias, con un porcentaje de acierto desde la línea de 3 del 40,1. Es decir, un anotador compulsivo que sumar a la artillería propia de los Splash Brothers y compañía.
Dentro de este posible trato en ciernes está la llegada a California del jugador de Atlanta Hawks y su compañero de equipo y escolta Kevin Huerter, que firmarían por los guerreros a cambio de ceder estos a la ciudad, y capital, del estado de Georgia al número dos del Draft más Kevon Looney y Jordan Poole.
Pero si la llegada de Collins es un bombazo para Curry, la de Chris Paul lo es aún más para la franquicia de The Alphabet. Tras el fracaso que ha supuesto caer estrepitosamente ante Miami Heat en la semifinal de la Conferencia Este por cuatro partido a uno, los de Wisconsin quieren rearmarse para asestar dos golpes certeros a su futuro: por un lado desean formar un equipo competitivo que refuerce la determinación del gigante griego en quedarse; por otro ser verdaderamente fuertes de cara a optar al título.
Dos bombas, dos procesos y LeBron James no quiere ni mirar a la 21/22.