Ni Zaccharie Risacher ni Bronny, Curry, Doncic y Durant se rinden al salvaje fichaje de LeBron James

Zaccharie Risacher (Atlanta Hawks), Alex Sarr (Washington Wizards), Reed Sheppard (Houston Rockets) y hasta Jared McCain (Philadelphia 76ers) quedaron en el pasado Draft por encima de la nueva sensación -y desde anoche, más- en Los Ángeles, un rookie que promete ser la solución a muchos de los problemas que tienen los angelinos, es, a juicio de Stephen Curry, Luka Doncic y desde luego un Kevin Durant que lo sufrió en sus carnes, el fichaje estrella para LeBron James.

Una auténtica máquina de anotar

Puede que el nivel, pobre, del hijo de LeBron James, Bronny James, sea la comidilla durante el resto de la temporada en el seno de la franquicia del Crypto.com, pero todo va a ser más sencillo debido al otro fichaje que hizo Lakers y con el que acertó de pleno; un jugador elegido en el número 17 entre los novatos disponibles y que ayer masacró a Phoenix Suns con una exhibición que promete repetirse y dar grandes noches de alegría a los californianos.

MVP

Hay una razón por la que los de púrpura y oro consiguieron ganar a los Suns: Dalton Knetch. El novato, venido de Dakota del Norte, anotó 35 puntos, pero fue él con dos triples quien dio la vuelta a seis puntos de desventaja angelina a falta de 56 segundos para el final, con 113-107 en el electrónico, y también quien aupó a su equipo a la victoria, anotando 20 puntos de manera consecutiva para el 122-128 final. Hasta LeBron James se rindió a la locura: “¡¡¡Cañón!!! ¡¡¡Ese chico frío!!!”, escribió The King. Y no es flor de un día, ha anotado 18 puntos en pretemporada, con porcentajes superiores en tiros de 3 al 36%, siendo el del choque ante los de Arizona de 61.5%. Una salvajada.

Tiene 23 años, tres más que Bronny, cuatro por encima de Risacher y Sarr, pero ya se ha destapado como un elemento fundamental en el equipo que dirige JJ Reddick; es más, se le presupone un puesto preponderante en la rotación, siendo uno de los jugadores al que buscarán para la anotación; es, sin duda, el elemento sorpresa del Oeste.