Steph Curry cierra la puerta a un fichaje de LeBron James para su proyecto con Luka Doncic
El equipo de San Francisco no quiere mover a sus estrellas
Se acerca un verano lleno de emociones en los Golden State Warriors. Con la salida del GM de la franquicia, Bob Myers, se podría esperar un cambio radical en la plantilla del equipo de cara a la próxima temporada.En este sentido, como ya contamos en Don Balón, la franquicia californiana no tiene la más mínima intención de cambiar su rumbo y no están por la labor de mover a ese núcleo que tantas alegrías ha dado a los de la bahía.
Los Warriors saben que es muy complicado formar un trio de jugadores tan bien compenetrado como el que forman Curry, Thompson y Green. Además, no están tan lejos del campeonato. De forma que tirar todo por la borda sería un fallo garrafal.
Ante esta situación, el jugador más afectado sería Draymond Green, el ala-pívot está planteando una posible salida con la intención de reunirse con su gran amigo LeBron James, ya fuera en los Lakers o en un hipotético superequipo en los Dallas Mavericks junto a Kyrie Irving y Luka Doncic. Green lleva meses coqueteando con la posibilidad de juntarse con LeBron mediante varias declaracions y múltiples rumores sobre un posible traspaso. Sin ambargo, para que su incorporación a los Mavs fuera viable, el interior debería rebajar sobremanera sus expectativas salariales, ya que sus 25 millones de sueldo no entran de ninguna manera en el límite salarial de los de Dallas.
Cabe destacar que Green ya estuvo muy cerca de quedar fuera de la plantilla a principios de esta misma temporada, cuando en medio de un entrenamiento, propinó un puñetazo a su compañero Jordan Poole, un acto que estuvo cerca de costarle el traspaso y una suspensión importante en cuanto a juego y dinero.
Así pues, los Warriors despejan cualquier tipo de duda respecto de si iban a entrar en algún tipo de proceso de reconstrucción tras la salida de Bob Myers, algo que está muy lejos de suceder, ya que los de San Francisco están decididos a sacar hasta la última gota de un proyecto que ha logrado cuatro anillos de la NBA, algo que no parece que vaya a ilusionar mucho a un Draymond Green que podría tener la cabeza lejos de San Francisco.