Stephen Curry y LeBron James apelan a Michael Jordan y Kobe Bryant

Dice un proverbio árabe que el primer engaño recibido será culpa del perpetuador de la mentira, pero el segundo correrá a cuenta del engañado. Por eso esta segunda caída consecutiva de Estados Unidos en el camino hacia Tokio ha puesto el grito en el cielo entre los norteamericanos y varias de las estrellas de la NBA, donde la alarma despertada por los dos serios contratiempos sufridos por el equipo seleccionado por Gregg Popovich para disputar los Juegos Olímpicos de Tokio ha calado.

Y dos ausentes a los que la afición estadounidense ya echa de menos son Stephen Curry y LeBron James, ambos campeones de la medalla de oro de las olimpiadas con EEUU. No es para menos dicho sentimiento, más aún cuando se llegó al final del choque entre Australia en Las Vegas y el combinado NBA terminaba su partido de la misma manera que lo hizo ante Nigeria: cayendo derrotado. Dos de dos, algo que ni Steph, ni The King, pero tampoco leyendas que engrandecieron al equipo de la mejor liga de baloncesto del planeta, como Michael Jordan o Kobe Bryant, habían vivido en su momento.

Los dos mitos ya retirados también fueron campeones de unos Juegos Olímpicos y ambos, como Curry, cuentan sus participaciones por baños áureos (LeBron tiene un doloroso bronce en Atenas 2004). Así las cosas, la preocupación en todos ellos es intensa (imaginamos que Kobe, allá donde esté, sentirá frustración), por lo que la carga cada vez es más pesada sobre Kevin Durant, el líder indiscutible (junto a Damian Lillard) de la expedición, que, por cierto, también tiene pleno de oros hasta la fecha.

Pero pese a la rabia acumulada, ni LeBron, que disfruta de un prolongado descanso tras una lamentable temporada con los todopoderosos Lakers, ni Curry se arrepienten de sus respectivas ausencias, como aseguró el 30 de los de San Francisco: “tengo mucha confianza la decisión tomada. No me arrepiento en absoluto”. Eso sí, ambos están con el equipo nacional de las barras y estrellas, como han manifestado, y de alguna manera invocan ya al espíritu indestructible de Jordan y Bryant para que EEUU salga de esta peligrosa situación en la que se halla y que huele a catástrofe. De momento, tras sendos tropiezos ante el combinado africano y el oceánico, ahora tienen por delante al peor adversario de los tres amistosos planificados, el europeo: España, este domingo.