Al-Khelaïfi y Luis Enrique disparan a Montjuic en el alma: los 38 goles de Mbappé no son el problema
El crack galo, con unos registros escalofriantes, es solo la punta del iceberg de un equipo que ya carbura
Ya lo avisó Luis Enrique en su día, cuando el año 2023 estaba cerca de llegar a su fin y el Newcastle había puesto los pelos de punta a la hinchada parisina: llegarían mucho mejor a febrero. Pero lo peor para el FC Barcelona, rival de los franceses en cuartos de final de la Liga de Campeones, no es que eso se haya cumplido, ni que ese nivel haya incluso mejorado mucho más en marzo, ni siquiera los escalofriantes 38 goles que lleva Kylian Mbappé, sino otro asunto más dañino.
Equipo poderoso en todas sus líneas
El enemigo que se encontrará el Barça en su duelo de cuartos de final es un auténtico aspirante el título que ha mejorado en ataque, también en defensa y que posee un control del esférico alarmante. Y hay más, porque sobre estos tres núcleos, el PSG es capaz encima de rotar de nombres para seguir siendo efectivo y disponer de innumerables variables tácticas, como demuestran sus últimos duelos.
De la goleada al Montpellier (2-6) al triunfo ante el Niza (3-1) o a la brillante victoria frente a la Real Sociedad, Luis Enrique ha variado enormemente su once inicial, permutando no solo protagonistas sino también demarcaciones y en todos los casos el equipo ha ido respondiendo a mejor, lo que señala la asimilación de automatismos y la concreción de ideas en resultados. El PSG carbura en este 2024 y eso es un problema.
Lo es porque desde Fabián Ruiz, a Vitinha, pasando por Zaïre-Emery, Kang in Lee o Ugarte, el centro del campo puede moldearse a diferentes tipos de partidos y escenarios; como la defensa, donde desde Beraldo a Danilo Pereira, pasando por Lucas Hernández o Marquinhos, al que se espera quizá junto a Skriniar para el duelo, dan una polivalencia excepcional. Y claro, a todo ello hay que sumar esos 38 goles en 37 partidos de un Mbappé en cifras y rendimiento de Balón de Oro.
Por tanto, es verdad que el Barça va por el lado bueno del cuadro, pero el plan de Al-Khelaïfi y Luis Enrique toma forma y en ese lado también hay cocos, y viven en París.