Alerta y dudas sin tiempo y por Busquets: Xavi se va preocupado al vestuario con Gundogan y De Jong

El Barça, poco rodado, cayó ante el Arsenal dejando una duda grande en el míster blaugrana

Alerta y dudas sin tiempo y por Busquets: Xavi se va preocupado al vestuario con Gundogan y De Jong

La derrota del Barça ante el Arsenal en EEUU es lo de menos, solo es un partido amistoso, siendo además el primero del equipo blaugrana, sin embargo la preocupación de Xavi Hernández tiene que ver con engarzar piezas sobre un problema que ya se veía venir el míster con la marcha de Sergio Busquets y que tiene que ver con lo táctico, marcando en rojo la función defensiva de Ilkay Gundogan y Frenkie de Jong y poniendo énfasis en la figura del capitán caído, lejos ya del gigante de Europa.

En el choque, el Barcelona se adelantó ante los gunners hasta en dos ocasiones y sin embargo, lejos de lo anecdótico del resultado (hasta cierto punto), al Barça se le vio vulnerable en las transiciones inglesas, donde el hueco permanente en la posición que ocupara en su día el capitán era evidente. De ahí nacieron los espacios que aprovechó el equipo de Mikel Arteta, que perforó la portería de Marc André ter Stegen hasta en cinco ocasiones (5-3).

De Jong

El problema, por tanto, no es el resultado, sino lograr llenar ese vacío. Gundogan advirtió que hay que tener paciencia y que puede adaptarse a diferentes roles, sin embargo tanto él como el neerlandés son jugadores muy dotados para sacar la pelota jugada, incluso incrustándose, llegado el caso, a la altura de los centrales, pero no son tan efectivos en espacios abiertos en el repliegue; tampoco lo es la pizarra blaugrana en el bloque bajo. Y ahí, por el carril central, el Barça dejó ante los londinenses una autopista.

Gundogan

Es verdad que Oriol Romeu puede ejercer la función de coche escoba, pero su puesta de largo en el once parece complicada por el rombo que forman Pedri, Gundogan, De Jong y Gavi, jugadores de corte abiertamente creativo. Y ahí está la dicotomía: el Barça con Romeu es menos preciso e incisivo, pero más seguro; sin él, depende en exceso de acertar con su talento, ya que el rival encontrará espacios en el carril central. Al ritmo moderno de la élite, eso es un problema, uno que el mercado ya no puede solucionar.

Oriol Romeu