Ancelotti firma ante el Leipzig su fecha de caducidad: con Xabi Alonso no pasaría y Guardiola ya ríe

Más allá del pobre nivel del equipo blanco, el planteamiento del entrenador resultó nefasto

Ancelotti firma ante el Leipzig su fecha de caducidad: con Xabi Alonso no pasaría y Guardiola ya ríe

Existe una máxima en el fútbol, una suerte de destino que el fútbol italiano -permítanme el clisé- ha logrado salvar por fuerza de efectivada y coraje defensivo a lo largo de la historia, aunque también haya tenido mil y un capítulos de merecidos reveses, una que Carlo Ancelotti, incomprensiblemente llevó a efecto en el peor momento y a punto estuvo de salirle rana, esa que dicta que quien sale a no perder termina perdiendo. De hecho, la falta de calidad del rival fue lo que lo impidió que sucediese, porque facilidades el Madrid de Ancelotti dio ayer muchas, muchísimas. Y eso, como es lógico, no puede pasar. El nombre de Xabi Alonso, por deseado, por filosfía y valentía, y Guardiola, por temor, brotó pronto en la cabeza de los hinchas merengues.

En el bombo con muchas dudas

Sí, el Real Madrid, como procede y dicta la diferencia abismal de calidad, talento y presupuesto que existe entre ellos y el RB Leipzig, estará en el bombo de cuartos de final de la Liga de Campeones pero llega a él repleto de dudas, incógnitas que le ha metido a la plantilla en el cuerpo Carletto tras su patética ejecución en la configuración de partido de ayer, y con ello no solo nos referimos a su discutida, discutible y rácana idea de partido, que a un paso estuvo de, por justicia, salirle cara, sino también a la elección de sus protagonistas. De ahí que, hasta Guardiola, que se enteró del partido horrible del equipo blanco, de su miedo a un rival infinitamente inferior, se acordara de los merengues, más con sorna que con recelo. El Etihad ya ajustició la temporada pasada a Carletto la temporada pasada por pecados como el de ayer.

Guardiola

Ancelotti salió con un 4-4-2 a defender un resultado cortísimo (1-0), y hundido, en un bloque bajísimo y sin más referencia arriba que Vinicius, los blancos se vieron pronto embotellados y pendientes del ritmo que marcó su rival, y así fue, salvo ciertos fogonazos, hasta el final del partido. Es decir, sufrimiento puro e innecesario. El Madrid puede y debe jugar a otra cosa, más ante adversarios inferiores y el Leipzig lo es. Haaland, Mbappé o Kane no son Openda, lo normal es que, si les das tantas y tan claras a esos rivales que vendrán, no solo pierdas, sino que te lleves un saco.

Los actores han de cambiar

Perdido ya el control del juego y casi la posibilidad de salir a la contra, Ancelotti encima eligió de nuevo mal los actores. Vinicius y Bellingham tuvieron una malísima noche y los dos merecieron el cambio. Brahim, por el contrario, que venía siendo de lo mejor del equipo, ni jugó. Y de nuevo otros dos jugadores salieron señalados: Tchouameni y Nacho. El primero ha demostrado con creces que no vale para la organización, no digamos ya para la creatividad de la distribución o la llegada de segunda línea; el segundo carece de capacidad para sacar la pelota jugada y en el juego aéreo es débil, ahí está el gol alemán para demostrarlo. Los dos jugaron todo el partido, como Vini, que bien pudo ser expulsado: sí, marcó el gol, pero estuvo negado y peleado con los jugadores rivales, y cuando está así lo mejor es quitarlo, cosa que no hizo Ancelotti. 

Vinicius

En definitiva, no se trata de desmontar los méritos enormes de Carletto a estas alturas, pero enfoques como los de ayer no dejan nada bueno, ni sensaciones, ni imagen, ni crecimiento. Con lo de ayer Ancelotti no ha hecho más que meter las dudas en el cuerpo de sus jugadores y de paso espolear a sus próximos rivales.