Boehly, Mudryk y João Félix ahora condicionan Europa: Guardiola y Messi no dan crédito
La inversión de más de 600 millones de euros y su emparejamiento, hacen del conjunto inglés una nueva incógnita en la Champions League
Decir que dos superpotencias del mundo del fútbol, como son el Manchester City y el Paris Saint-Germain, no solo están obsesionadas, sino condicionadas por la Champions League es hacer referencia a una obviedad, de ahí que la ingente suma de dinero gastada por el Chelsea, otro de los conjuntos vivos en esta edición de la competición continental, haya sentado como un jarro de agua fría en Mánchester y París; digamos que Guardiola y Messi no dan crédito al giro impuesto por Londres, con Mudryk, Enzo Fernández y João Félix obrando de posibles ejecutores.
Vaya por delante que ya explicamos ayer como en el caso del PSG, además, hay un factor en el fichaje de Hakim Ziyech que hace más tirantes las relaciones entre el Parque de los Príncipes y Stamford Bridge, por lo que pasaremos de puntillas por ese apunte. Basta decir que los proyectos en forma de impresionantes plantillas que guían el míster de Sampedor y el astro argentino ahora no son tan superlativos sin han de compararse con el inglés; o lo que es lo mismo, el Chelsea, vaya como vaya en la Premier y pase lo que pase en los próximos días, pasa a ser uno de los favoritos en la Liga de Campeones.
Quizá no lo sea al máximo, posiblemente tanta estrella fichada por Todd Boehly, mandamás en la capital inglesa, necesite de tiempo para asentarse sobre una filosofía de juego y un estilo pragmático, pero desde luego si hay un equipo ahora mismo en el mundo que puede ser alarmante por ráfagas de calidad ese es el Chelsea. Guardiola, que ya vio como el Real Madrid en dos fogonazos de empuje y clase acabó con su Champions 21/21, ve como surge otro equipo impredecible, algo que es peligroso.
Porque seamos claros, el Chelsea lo es. No viene haciendo una buena temporada y sin embargo ahora, tras ese gasto en el mercado de fichajes de más de 600 millones de euros, con una plantilla con infinidad de variables, entre ellas el ucraniano, el argentino o el luso, sobre todo ofensivas, nadie puede quitarle ciertas dosis de favoritismo. Indudablemente Bayern de Múnich, Real Madrid o incluso Liverpool tampoco estarán satisfechos con el alzamiento de este nuevo coloso, que a golpe de talonario puede presentar una punta de ataque incluso más temible que la que comanda Leo Messi en Francia.