Bombazo en la Champions ¡Klopp está alucinado con el arma del Atleti!

Es el intangible que no maneja en la pizarra Jürgen Klopp y que sin embargo para el Cholo Simeone puede ser una pieza clave en la eliminatoria que arranca esta noche en el Wanda Metropolitano a las 21.00, hora española. Esta variable, más que táctica o argumental es pasional (es más, sin ningún tipo de fundamento racional), y el técnico argentino va a jugarla hasta sus máximas consecuencias. Tiene nombre, Diego, y apellido, Costa.

Porque hay jugadores hechos para brillar con regularidad y otros creados para dinamitar las grandes noches. Con Diego Costa, que lleva una larga travesía por el desierto de la inactividad (con quirófano serio y rehabilitación acorde, mediante), el Cholo recupera para una cita a la desesperada (nadie da al Atlético de Madrid una opción ante el club campeón de Europa e invicto en la Premier League después de veintiséis jornadas) todo el ardor y entusiasmo contenido de un gigante creado a base de lucha y garra, como es su Atleti. No olvidemos que este equipo tiene experiencia y templanza en estos lares, ha jugado dos finales y sobrevivido al Camp Nou o el Allianz Arena.

Diego Costa ni siquiera sale para marcar, que lo intentará, Cholo está dispuesto a alinearle porque sabe que si alguien puede sacar de quicio al mejor jugador de la pasada Champions League, Virgil Van Dijk, es él. También porque conoce el carácter y temperamento de un equipo que, con Costa, huele sangre en cada acción. Y eso es lo que quiere Simeone: que se juegue un partido tosco y abierto, siempre fuera del guion red.

Otra cosa es que lo consiga, pero si Costa no está en el once titular –donde se presupone que estará seguro Álvaro Morata y puede que Correa por el hispanobrasileño- sí entrará en segunda oleada. Vamos, que va a jugar sí o sí, mas aún si las cosas se ponen por ritmo y capacidad inglesa feas para los colchoneros. Simeone conoce a Costa y ha hablado con él, le quiere listo para descentrar al Liverpool e incendiar el Wanda. Ni qué decir tiene que las 70.000 almas rojiblancas solo necesitan una chispa para estallar.