Destino cruel para Pep Guardiola con Atlético de Madrid y Liverpool
El Manchester City se juega la temporada en 2 partidos y 6 días
2 partidos y 6 días separarán a Pep Guardiola de la gloria… o el fracaso. ¿Puede hablarse de tal cosa en una temporada tan regular como la de los skyblue? Sí. El míster de Sampedor ha hecho al Manchester City el mejor equipo de Inglaterra y posiblemente de Europa hasta el mes de abril, pero varios despistes le llevan ahora a un destino complicado ante la mejor versión del Atlético de Madrid y el Liverpool, sus dos grandes obstáculos.
Bien es cierto que el City puede ganar todo esta semana y colgarse la corona del triunfo, pero también podría ocurrir todo lo contrario. Lo cierto es que mañana (21.00, hora española) se tendrá que ver las caras en el Etihad Stadium con el mejor Atlético de la temporada, uno que tiene a un João Félix en estado de gracia, a Griezmann reencontrado con su mejor versión y al bloque de Simeone de nuevo siendo un muro defensivo. Seguro que a Pep ya se le aparecen los fantasmas de 2016, donde uno de los mejores Bayern de Múnich de los últimos años sucumbió a los argumentos del Cholo.
Del partido de mañana, seguramente nada quede decidido en Inglaterra y el Wanda Metropolitano dictará sentencia en esta eliminatoria de cuartos de final de la Liga de Campeones, pero sea como fuere, no es buena noticia para Pep verse las caras ante esta versión de los rojiblancos, máxime teniendo en cuenta que los atléticos han tocado fondo en varias fases del presente curso. Pero es que además el domingo se juegan la liga inglesa ante el Liverpool, eso sí, en su estadio (17.30, hora española).
Dominando casi toda la temporada de la Premier, cualquier cosa que sea perder este campeonato será visto en Mánchester como un fracaso y el Liverpool es quizá uno de los peores rivales de Europa para jugarse tal destino (los reds están a un punto). De esta forma, desde los cuartos de final de la Liga de Campeones a la final de la Premier League, la temporada sublime de Pep Guardiola sufrirá dos abruptos envites, de mucho peso y altura, dos pruebas de fuego que lo pueden llevar al fracaso… o a la gloria. Quién lo diría hace unas semanas.