Dos bombas colombianas ponen en jaque a Zidane y Sergio Ramos
El Real Madrid pendiente de la situación de ambos
Si bien por entidad e historia cualquier rival posible para el Real Madrid en estos octavos de final de la Champions League tendría que ser, a fuerza, considerado inferior a los blancos, la bola del Atalanta no ha sido recibida en la casa blanca con especial efusividad, ya que se tiene en alta estima la capacidad del equipo de Bérgamo en cuanto a su pegada, que a buen seguro pondrá en apuros al equipo de Zinedine Zidane y Sergio Ramos, ya que cuenta con dos colombianos certeros y capaces de, como decimos, poner en dificultades al trece veces vencedor de la Champions League.
Uno, el más poderoso y el auténtico referente en el ataque bergamasco es Duván Zapata, que esta temporada ha hecho 5 goles y ha repartido 5 asistencias en 16 partidos. El otro es un viejo conocido de la liga española, ya que recaló en el Sevilla con suerte dispar: Luis Muriel. El de Santo Tomás, pese a que no ha jugador tanto como su compatriota, sí ha superado a Zapata en cifras por minutos jugados, ya que disputando menos de la mitad de minutos, ha hecho más goles (6), ofreciendo además 2 asistencias en 13 partidos.
La otra gran amenaza en el ataque del equipo transalpino la representa Papu Gómez, auténtico faro del ataque del equipo italiano y jugador que será el gran problema para los Raphael Varane, Sergio Ramos, Ferland Mendy y Dani Carvajal en dicha eliminatoria. Pero volviendo al delantero centro titular del equipo de Lombardía, Zapata, su figura es una de las piezas que más va a mirar con lupa Zidane, ya que el corpulento ariete puede ser clave a la hora de encontrar segundas jugadas para sus compañeros de equipo o ser un problema en los balones aéreos.
Aún es pronto para hacer previsiones y cualquier tipo de cábalas acerca del estado de forma en el que llegarán sendos equipos –no en vano los partidos se jugarán entre los días 16,17, 23 y 24 de febrero la ida, y 9,10, 16 y 17 de marzo la vuelta- sin embargo no conviene dejar de lado la evolución del rival, y tanto los italianos como Zidane ya empiezan a buscar la forma de dañar y encontrar la debilidad en su adversario. En este sentido, el Madrid lo tiene claro: hay que frenar su pegada.