El Bayern Munich se resquebraja y en Europa se frotan las manos
Segunda salida inminente que deja muy tocada a la defensa alemana
El Bayern Munich está viviendo un invierno muy duro en cuanto a la consolidación de su equipo se refiere. Si hace ya semanas que se sabe que ni Jerome Boateng ni David Alaba continuaran en el club bávaro por no haber llegado a un acuerdo económico para renovar a sus defensores, ahora le toca el turno al alemán Niklas Süle.
El defensa central, fichado en el verano de 2017 para apuntalar la defensa de los teutones y que ha cumplido con creces durante estos años, termina contrato en 2022 y, según ha comunicado el propio consejero delegado de los muniqueses, Karl Heinz Rummeniege, está habiendo enormes dificultes para llegar a un acuerdo de ampliación de contrato. La historia, que ya suena conocida para los aficionados del actual Campeón de Europa, tiene pinta de que terminará mal para los intereses del club germano.
Si la negociación se dilata algún mes más, será el equipo quien deba tomar una decisión: quedarse con Süle un año más a cambio de que pueda salir gratis en verano de 2022, o ponerlo a la venta este mismo verano y así sacar algo de tajada por él, aunque eso significará debilitar aún más su ya de por si maltrecha defensa. El Chelsea está muy interesado en hacerse con los servicios del enorme central alemán (1,95), natural de Frankfurt am Main, para reforzar su zaga defensiva de cara al 2021-2022.
En Europa los rivales del Bayern están muy contentos al ver como al gran favorito para ganar de nuevo esta Champions se está viendo incapaz de conservar a una plantilla que estaba llamada a marcar una época en el fútbol mundial. No en vano acaban de hacerse con el sextete en el 2020 por primera vez en su centenaria historia.
Si Süle finalmente abandona la entidad alemana, habrán sido tres piezas muy importantes para Hans-Dieter Flick las que abandonan el barco en el verano de 2021, algo difícil de suplantar en un corto periodo de tiempo, y más con las condiciones actuales del mercado en plena crisis a consecuencia del maldito coronavirus, que no permite grandes inversiones puesto que los ingresos han descendido para todos los clubes europeos.