El mayor error de Guardiola le pasará factura en el banquillo del City
Su decisión podría ir más allá de la final de la Champions League de Oporto
Atención a esto porque puede tener trascendencia, y mucha, en el futuro próximo del Manchester City. Cuando ayer se hacía pública la alineación que había escogido Guardiola para iniciar el partido frente al Chelsea, sorprendían dos cosas: Fernandinho y Rodrigo serían suplentes e iniciarían el partido desde la grada.
Al renunciar a estos dos centrocampistas, Pep optaba por un equipo más ofensivo con un centro del campo de más toque para así intentar hacerse con el control del balón y dominar la primera parte frente a un Chelsea con más músculo y menos fútbol, algo que representa Kanté a la perfección.
Sin embargo, el plan no le salió bien al bueno de Pep. Kanté se hizo el dueño del centro del campo y ni Bernardo Silva, ni Kevin de Bruyne ni Gundogan lograron imponerse a un Chelsea muy bien trabajado por Thomas Tuchel. Cuando Guardiola decidió que Fernandinho entrase al campo, el partido ya llevaba una hora disputada y el Chelsea sabía muy bien como mantener el resultado hasta el pitido final, como así haría finalmente.
En Inglaterra esta decisión ha sido criticada duramente en numerosos medios que han entendido la decisión de Guardiola de dejar fuera a Fernandinho como un punto de arrogancia por parte del mister. Lo que es seguro es que Fernandinho ha puesto punto y final a su periodo en el Manchester City como jugador, equipo al que llegó en verano de 2013. A sus 36 años y con el contrato que finalizará el próximo 30 de junio, el brasileño se planteaba colgar las botas y unirse al staff técnico de Pep en el propio City este mismo verano.
Ahora, con esta última decisión tan controvertida del técnico catalán, está por ver si su discípulo continúa con ganas de seguir a las órdenes de su maestro, o si prefiere tomarse un tiempo antes de decidir que quiere hacer con su futuro una vez retirado del fútbol.
Lo que sí que quedó claro anoche es que el Manchester City necesitará un goleador de cara a los próximos años y Guardiola solo tiene un nombre en la cabeza: Harry.