Es el mayor miedo de Ter Stegen en la Champions y por 125M sería el bombazo de 2024 junto a Mbappé
Los blues vuelven a la carga con un objetivo muy marcado
Del duelo europeo celebrado el pasado miércoles en el Diego Maradona de Nápoles se pueden extraer, como grandes notas positivas, las actuaciones de los dos delanteros referenciales de cada equipo, Robert Lewandowski y Victor Osimhen.
Quienes fueron los autores de los goles de Barça y Nápoles fueron de los pocos jugadores destacados de su equipo y, si ya en Don Balón hemos hecho referencia a que Lewandowski está a solo tres dianas de igualar a Karim Benzema en el ranking de goles en eliminatorias directas de este laureado torneo, hoy el protagonismo lo acapara el crack nigeriano.
Y es que Osimhen, siendo el hombre que batió a Ter Stegen en el Maradona y el mayor miedo al que se enfrentará el guardameta alemán en el partido de vuelta que se vivirá el 12 de marzo en la Ciudad Condal, ha vuelto a convertirse en el centro de atención del proyecto del Chelsea en la temporada 24/25.
No es la primera vez que los blues muestran interés en el jugador de 25 años, cuyo traspaso oscilaría los 125 millones, pero esta vez, previendo una caída del Nápoles en esta Champions y sin prácticamente opciones de disputar la próxima edición por su mala campaña en la Serie A (ocupa la novena plaza), pondrá todo de su parte para protagonizar el gran bombazo del 2024 junto a Kylian Mbappé, quien parece tener acordado su aterrizaje en Santiago Bernabéu conforme finalice las competiciones oficiales en el presente curso.
Hay que decir que esta temporada Osimhen no está firmando unos números tan deslumbrantes como en la anterior y en la cual se ganó su renovación con el club napolitano, pero en el Chelsea, para que los blues tampoco apuntan a disputar la Champions 24/25, incrementará su salario de forma sustancial y, además, tendría la oportunidad de combatir con Erling Haaland y Mohamed Salah por ser el mejor artillero de una de las competiciones más prestigiosas de Europa, sino la que más.
Por si fueran pocos alicientes, De Laurentiis, quien siempre se ha mostrado reticente a traspasar al delantero, esta vez estará más abierto que nunca a cerrar el negocio porque el Nápoles, sin acceder a la próxima Champions, necesitará inyectar una gran suma de millones para conseguir una estabilidad económica.