La Champions regala a Xavi y el barcelonismo algo impensable, un sucesor de nivel para Ter Stegen

El partido de Champions League disputado por el FC Barcelona ante el Oporto el pasado martes en Montjuic no solo fue trascendental para que los culés certificaran su acceso a octavos de final de la competición, sino para que Iñaki Peña pudiera disputar un encuentro de máxima exigencia por primera vez en mucho tiempo.

Con Marc-André ter Stegen en la plantilla del Barça, el canterano formado en La Masia apenas ha podido gozar de minutos en las últimas temporadas (a excepción de al que salió cedido al Galatasaray) y todo ello había alentado al alicantino de 24 años a buscar un posible traspaso el próximo verano a pesar de renovar hace solo unos meses atrás su contrato hasta 2026.

La falta de minutos y la imposibilidad de asaltar la titularidad debido a la presencia de Ter Stegen son las dos razones principales por las que Peña, quien además cuenta con varios pretendientes atractivos en el mercado, parecía estar asomándose a su recta final como miembro del FC Barcelona, pero esto parece haber dado un giro radical tras el partido ante el Oporto.

La actuación del guardameta español fue elemental para que el equipo pudiera conseguir los tres puntos y dar una gran alegría la afición tras un mes repleto de dudas en la Ciudad Condal.

Y aquí es donde la importancia de Iñaki Peña en el proyecto blaugrana no mira tanto al presente, sino al futuro. Con actuaciones como la firmada ante el Oporto el pasado martes el canterano demostró que puede ser el sucesor generacional que todavía no tiene el Barça para Ter Stegen. Es cierto que el alemán presume de contrato hasta 2028 con la entidad, pero también tiene ya 31 años y es una incógnita saber si su rendimiento seguirá siendo tan gratificante como hasta ahora.

Y claro, los problemas económicos del Barça también juegan aquí un papel importante ya que contar con Peña de cara al futuro libraría a Joan Laporta de invertir dinero en el mercado para cerrar una incorporación que genere, sobre el papel, mayor confianza, pero que quizá no diera el rédito deseado.