Motín a bordo en junio: el Madrid, en contra del protegido de Zizou
Su actuación de anoche y de esta y la anterior temporada lo dejan fuera
El Real Madrid salió vivo del encuentro de ida de las semifinales de la Liga de Campeones tras un partido desastroso del cuadro blanco, que estuvo condicionado por un planteamiento erróneo de Zinedine Zidane y que pone de nuevo en el disparadero a un jugador que ni ha estado para jugar desde la temporada pasada ni ahora puede hacerlo; uno que desequilibra al bloque y lo deja expuesto, sea cual sea el rival. Eso sí, Zidane volvió a darle confianza y el Madrid no lo pagó más caro solo por un milagro.
Evidentemente este jugador es Marcelo Vieira, el cual estuvo durante y después del partido en el centro de todas las críticas del madridismo, sobre todo en redes sociales, por su pobre actuación, ya que nunca estuvo a la altura de una eliminatoria de este calibre en la Champions League. El jugador brasileño, sin forma física para un ritmo de partido tan intenso, fue incapaz de ponerse en una cadencia tan exigida en las marcas desde el minuto 1, pero es que además fue insustancial en ataque y en la asociación en la medular, expuso a todo el equipo en defensa e hizo del Madrid un equipo retraído y vacío de recursos con la pelota en los pies.
Y no solo eso, muchos hinchas blancos se quejaban, con razón, de que solo la inclusión de Marcelo desnivelaba las dos líneas de construcción blanca, la defensa y el medio del campo, ya que no aportó gran cosa en la distribución y dejó muy expuesto a Nacho y Varane en las incursiones por banda del equipo blue tras presión y perdida. Ahora bien, si la primera parte (la segunda estuvo en la misma línea) de Marcelo fue deplorable, muchas de las críticas madridistas salpicaron a un Zidane que no lo vio o no supo verlo hasta el minuto 77.
Y esto condiciona posiblemente al míster, ya que la presión con el segundo capitán es total: la masa social blanca lo quiere fuera en junio y el club se alinea con sus aficionados, por lo que Zidane ya sabe dos cosas: una, que el club y los hinchas no quieren aguantar más a un futbolista que no está al mismo ritmo competitivo que sus compañeros desde hace casi dos temporadas; y dos, que si vuelve a ponerlo perderá todo el crédito acumulado durante esta temporada, y simplemente porque la puesta en escena de Marcelo no se entiende objetivamente. La afición ha hablado: Marcelo fue un fantástico jugador, pero ya no lo es, ni en ataque ni en defensa ni en liderazgo y como tal el club quiere desprenderse de un futbolista que agiganta las carencias blancas cada vez que pisa un terreno de juego.