¡Hundido! Mourinho se devalúa como entrenador de Champions
Derrota durísima de un Tottenham mermado
El Tottenham de José Mourinho corrió una suerte dura y casi definitiva en el primer partido de su eliminatoria de octavos de final de la Liga de Campeones ante el RB Leipzig. Los ingleses, sin Heung-Min Son y Harry Kane, fueron un equipo sin ideas ni capacidad para doblegar a un cuadro, el alemán, con más hambre y seguridad en lo que hace y que acorraló a los británicos en su feudo, llevándose el choque a domicilio (gol de Timo Werner) y dejando a Mourinho contra las cuerdas, una vez más.
Y es que no es una competición que se le dé bien al míster luso, que es verdad que la ha ganado en dos ocasiones, pero la ha disputado tantas otras más, concretamente ha sido entrenador en 150 partidos de CL, y siempre con suerte contraria al interés del gigante al que ha dirigido, que es ganarla. Ganó la competición en la temporada 2003/04 en una atípica Liga de Campeones con una final inédita, Mónaco-Porto, que se llevó un cuadro luso repleto de estrellas.
También en la 2009/10 con un Inter de Milan ultracompacto, que fue capaz de resistir en el Nou Camp y consiguió llevarse la final ante el Bayern de Múnich en Madrid. Ese Internazionale pasará a la historia como uno de los equipos más fuertes defensivamente de la competición en los últimos años. Ahora bien, ahí acabó su suerte, ni con Real Madrid ni con el Chelsea, ni con el Manchester United fue capaz de plantarse en una final, y ahora parece que tampoco lo conseguirá, al menos esta temporada, con los spurs.
En las últimas temporadas, con el Madrid se encontró con tres rivales que le impidieron alcanzar la final en sus dos temporadas y media al frente del equipo blanco, Barcelona, Bayern de Múnich y Borussia Dortmund. También el Atlético de Madrid en su etapa en el Chelsea, la segunda, le cortó las alas en la máxima competición continental. El Sevilla lo hizo con el United. Si quedara eliminado en esta ocasión, serían ya doce años los que lleva ausente de la final y del título el luso, que ya no parece un baluarte en la competición toda vez que lleva seis años ausente de los cuartos de final.