Pep Guardiola todavía lo busca: Erling Haaland, nuevo ridículo que encumbra a Mbappé y Vinicius

El conjunto ‘citizen’ dejó muchas dudas en su victoria ante el Sevilla

Pep Guardiola todavía lo busca: Erling Haaland, nuevo ridículo que encumbra a Mbappé y Vinicius

El inicio de temporada del Manchester City dista mucho de ser el ideal para cualquier club. El conjunto mancuniano ha dado el pistoletazo de salida a esta nueva campaña con sensaciones, como poco, dudosas. Y es que, entre la final de Community Shield perdida ante el Arsenal y la reciente victoria en los penaltis en la Supercopa de Europa ante el Sevilla, las dudas han comenzado a asolar a los de Pep Guardiola, cuyo juego no termina de enamorar a sus aficionados y apisonar a los rivales como lo hizo el año pasado.

Haaland

Haaland, desaparecido en finales

Los de Pep Guardiola vienen de jugar cuatro finales entre la pasada y esta temporada, cuatro partidos en los que Erling Haaland, estrella del equipo, no ha sido capaz de marcar un solo gol. No vio portería en FA Cup ni en Champions League ni en Community Shield y tampoco ante el Sevilla en Supercopa de Europa, dejando claro que, mientras que en liga es un killer, su capacidad para ser decisivo en las grandes noches no es la misma. Algo que ha acabado por dejarlo en evidencia ante otros cracks como Mbappé o Vinicius, que, a diferencia del noruego, sí que aparecen en las noches grandes, véase la final del Mundial de Qatar o de la Champions de 2022.

La realidad es que el partido del noruego ante el Sevilla en la final de Supercopa de Europa fue de nuevo, gris, igual que el de todas las demás finales. Haaland no fue capaz de disparar ni una sola vez en todo el partido, tocó 15 balones y fue un jugador totalmente irrelevante, más peligroso por lo que podría llegar a hacer que por lo que realmente hizo, nada.

Rodri

Rodri, el crack de este City

La final tuvo un nombre propio, el de Rodri Hernández. El español fue el amo y señor del centro del campo y se convirtió en la mayor pesadilla de todo el Sevilla y es que en defensa era un jugador omnipresente, su presión en zona de tres cuartos fue un obstáculo muy duro para los hispalenses, que pocas veces encontraron la forma de desactivar su presión. Rodri se ha convertido en un jugador básico para entender el éxito del City, la verdadera estrella de un equipo que, si se tuviera que encomendar a su 9, lo pasaría muy mal en las finales.