La plantilla dividida: Sergio Ramos y su egocentrismo rompen el vestuario

Los pesos pesados le defienden pero los más jóvenes exigen una disculpa

La plantilla dividida: Sergio Ramos y su egocentrismo rompen el vestuario

El Real Madrid ganó ayer con una autoridad inesperada. El equipo de Zidane salió arrollando a un Galatasaray que prácticamente ni compareció en el Santiago Bernabéu. Cuando se quiso dar cuenta el equipo blanco ya ganaba por 3 goles a 0 y el partido estaba cerrado.

El Madrid está a una victoria, juega contra el Genk en Bélgica dentro de dos semanas, de pasar a la siguiente ronda. Presumiblemente lo hará como segundo de grupo, pues el PSG, de momento, sigue ganando sus partidos. Ayer lo hizo, no sin sufrimiento, contra el Genk. 1-0 y Keylor Navas , esta vez sí, de salvador.

El equipo belga venía de cenicienta al grupo pero tiene opciones de quedar tercero. Incluso podía hacer la machada y eliminar al Real Madrid, pero para eso necesita una carambola y un milagro. Aún así si es capaz de seguir en Europa quedando tercero será un éxito para el equipo belga. Ya empató en el Santiago Bernabéu en un partido donde los blancos ni por asomo encontraron las facilidades que tuvieron ayer.

Y es que en el minuto 6 Rodrygo ya había marcado 2 goles. Uno con la izquierda, su pierna menos buena, y otro de cabeza, uno de lo que se presupone es su menos fuerte. Pero en el segundo gol se puede ver una cosa que salta a la vista: es un jugador mucho más inteligente de lo que podría suponerse por su edad. El movimiento es perfecto y le habilita para rematar sin marca. Su irrupción recuerda a la de Vinicius. Pero son jugadores muy diferentes.

En el minuto 13, y tras la intervención del Var, Toni Kroos provocaba penalti. Toda la grada esperaba algo histórico y que fuera Rodrigo quien lo lanzará. Iba a marcar uno de los hat-tricks más rápidos en la historia y el jugador más joven en realizarlo. Pero Sergio Ramos, encargado de tirar los penaltis, no le dejo. Lo lanzó, como siempre de manera superlativa, y marcó el 3-0.

Los pesos pesados entienden a Ramos y asumen que es su responsabilidad. Los más jóvenes han visto esto como una muestra de miedo hacia ellos. Vienen pisando fuerte y no les quieren dejar destacar. El vestuario comienza a mostrar una de sus primeras brechas.

En la última jugada del partido, el jugador más solidario del Real Madrid, Karim Benzema, regaló el gol a Rodrygo. Hay quien hace tiempo se mira poco al espejo por le bien del Madrid y quien lleva siempre uno encima para mirarse cuando es necesario. Cuestión de personalidades.