Caída en desgracia del compañero de Kylian Mbappé y crack del Barça
De indispensable en el esquema de Ernesto Valverde e intocable para Leo Messi ¡a esto!
¡Cómo cambia el fútbol en un instante! Tal vez esa sea la grandeza del deporte, de este deporte. Pasar de la gloria y la eternidad a la oscuridad y el abucheo en apenas unos minutos, un partido, una jugada. Aquel fatídico minuto 79 de Anfield no vino sino a confirmar que al Barça le vale, o le ha valido en las últimas temporadas, con poco para ganar en España, pero que la Champions League es otra cosa. La Liga de Campeones es ese torneo de justicia casi cósmica, que coloca a cada uno en el escalón que le corresponde por concentración, efectividad y magia, y en ello el Barcelona ha flaqueado.
De aquellas, como las últimas temporadas, los culés cayeron estrepitosamente con el Liverpool, desaprovechando una ventaja de 3-0 traída del Camp Nou, e igualando la gesta de volver a tropezar con la misma piedra puesta en el camino azulgrana desde Roma. Tal vez sea un defecto de carácter o de complacencia, pero si viene mal dadas, el Barça, en Europa, desaparece.
O por falta de armario de categoría en ciertas posiciones. Una de ellas también se tambalea a las primeras de cambio últimamente. Le ocurre con demasiada frecuencia a esta pieza clave, y eso debilita al equipo.
Echando la mirada atrás, este jugador era un muro insustituible y ahora no es más que un vago recuerdo. Samuel Umtiti se ha vuelto a lesionar, ha vuelto a tocar el infierno de su rodilla o ahora el pie derecho, ese que no le deja volver a la retina del aficionado culé. Fue el núcleo fuerte junto al madridista Raphael Varane sobre el que cimentó su éxito la Francia campeona del mundo, también junto a su compañero Kylian Mbappé. De Umtiti se decía que iba a marcar época en Les Blues y el Barça, y ahora su carrera peligra.
Porque cada vez que salta al césped, hay una sombra de sospecha en el aficionado, en los médicos, en su propia cabeza. Y eso es un problema para el club de la ciudad condal, para el jugador y para su entrenador. De hecho el Barça, que se la veía venir, trató de venderle este verano e incorporar un sustituto, pero su fichaje por el Manchester United se frustró y ahora el Barça afrontará las próximas seis semanas con un solo central suplente, Jean Clear Todibo, algo insuficiente para un grande.
Y lo que es peor, las dudas con el central galo, lejos de disiparse, se acrecientan.