Última hora: Grealish empuja al crack a las garras de Koeman o Simeone
La salida del jugador es inminente y el Barça y el Atlético de Madrid toman ventaja en la operación
La operación por Jack Grealish toma su recta final y las consecuencias en el Manchester City de Pep Guardiola van a ser instantáneas y desde luego múltiples, ya que tras el genial volante del Aston Villa llegará un Harry Kane que empujará fuera de la plantilla skyblue al menos a otro crack. Sobre este segundo ya hablaremos, porque ahora, sobre todo en clave blaugrana y atlética, nos interesa comentar cómo se acerca el primer crack citizen a los brazos de Ronald Koeman o el Cholo Simeone.
Con respecto a esta operación hay que decir que el cuadro del Etihad Stadium no solo se tiene que preocupar de depositar en las arcas villanas esos 100 millones de euros que costará sacar de Birmingham al talentoso jugador británico, sino que además debe facilitar al máximo la salida de sus señalados como descartes (como decimos, al menos dos si Harry Kane también firma por la entidad celeste), y eso incluye escuchar sus preferencias de destino. Pues bien, la estrella de la que hablamos ha elegido claramente: quiere jugar en LaLiga.
Y más concretamente en los dos conjuntos que han llamado hasta el momento a su puerta: el FC Barcelona y el Atlético de Madrid. Bernardo Silva será finalmente el jugador señalado para salir del norte de Inglaterra con la llegada de Grealish y el portugués ansía una oportunidad en un grande de la competición hispana, uno que ha de ser el equipo de Ronald Koeman o el del Cholo Simeone, ya que el tercer gigante en discordia, el Real Madrid, solo ha alzado la voz con su hasta entonces compañero Raheem Sterling, por lo que no se espera movimiento blanco con el luso.
Sobre ello, cabe resaltar que es el club colchonero quien más posibilidades tiene de contratar al centrocampista, ya que no ha hecho tanto gasto, tiene sus arcas más equilibradas y posee la bala de Saúl Ñíguez, que dejará una buena cantidad en el club del Wanda Metropolitano. El problema para el Barça es que va a contrarreloj en todo: con el asunto Leo Messi, el de Antoine Griezmann y las salidas, entre otros, de Miralem Pjanic y Samuel Umtiti; de modo que, salvo sorpresa, Silva prefiere escuchar antes a su amigo Joao Félix que esperar a un Barça el cual le genera más dudas y, sobre todo, supone una apuesta más arriesgada debido a los malabares económicos que está haciendo y de los que toda Europa está al corriente.