Zinedine Zidane tiene motivos para preocuparse: pierde al referente

La victoria del Real Madrid en el Alfredo Di Stéfano ante el Inter de Milan en la tercera jornada del Grupo B de la Champions League (3-2) no solo fue muy sufrida sino que dejó otras tantas señales preocupantes para Zinedine Zidane. Una, sobre el motor del equipo, es extremadamente alarmante y se vio reflejada durante amplias fases del encuentro, exponiendo el plan del entrenador (aunque salió cara) y ahondando en un déficit que ya arrastró el equipo la temporada pasada.

Y es que el Madrid, jugando con el 4-3-3, sufre una barbaridad en la salida de balón cuando se le presiona, demostrando los extremos que viven dentro de varias de sus piezas clave. La primera es la de Toni Kroos y su desgaste. El alemán es el único integrante del equipo titular (quizá con la salvedad puntual de Fede Valverde y siempre con las piezas usadas ayer) capaz de bajar hasta el área para sacar la pelota jugada, pero su amplitud de acción le lastra y le hace cometer errores que en circunstancias normales con cometería: ayer, ante el Inter, realizó varios que costaron contragolpes neroazzurros.

Otro pilar que camina entre los polos opuestos es Casemiro, un pilar, quizá el más importante, en la medular como fuente de equilibrio y eje de basculación del equipo, pero tan crucial en el corte y la recuperación como deficitario en la distribución. La inmensa cantidad de balones perdidos por el brasileño partido por partido, algunos de ejecución sencilla, le hacen ser el líder del equipo en esta faceta. Una que acompasa a la perfección un Raphael Varane que en la marca es implacable, pero en la salida de la pelota deja muchísimas dudas.

Zidane, como ya dijo en el pasado, se la jugó porque no quería renunciar al sistema y tanto lo hizo que casi le cuesta el partido. Es cierto que Rodrygo Goes lo sacó adelante con su gol, pero también lo es que tras el 2-0 el partido pedía control de juego, pasar a jugar con el 4-4-2 y sacar al que está siendo uno de los tres mejores jugadores en lo que va de campeonato: Luka Modric. El croata volvió a salir tarde y volvió a ser de lo mejor, y eso que solo jugó 15 minutos. 

El referente del Madrid es la pegada, o al menos así lo ha sido históricamente, pero cuando el plan de los Marco Asensio, Hazard y Benzema falla o cuando el partido se pone de cara y achican al equipo, el Madrid no puede depender del cansancio de Kroos o la deficitaria salida de balón de Casemiro y Varane: sin ir más lejos el Manchester City de la pasada campaña tuvo solo que esperar al error de esas carencias blancas para llevarse la eliminatoria. Ayer salió cara, pero la cruz asoma.