Fredy Guarín también vuelve a casa: fin a su aventura en el extranjero
Tendrá una última experiencia antes de retirarse

Fredy Guarín hace tiempo que abandonó su casa, para probar suerte en el mundo del futbol. Dio sus primeros pasos en el Envigado de su Colombia natal, pero, al poco de cumplir la mayoría de edad, decidió mudarse. Y firmó por Boca Juniors, donde a su juicio tendría más posibilidades de atraer las miradas de los clubes de Europa. Porque su gran sueño, desde que era un crío, era probar fortuna en el viejo continente, y hacer historia en los mejores clubes.
En la liga argentina se consolidó, y eso también le llevó a la selección cafetera absoluta. Y sus grandes actuaciones allí le valieron para que el AS Saint-Étienne se fijara en su progresión, y se lo llevara mediante un préstamo, viviendo así su primera aventura en el otro lado del charco. Dos campañas duró en la Ligue 1, antes de recalar en el Oporto, el club que cambió su vida al completo. Porque allí fue donde pasó sus mejores días, y donde guarda un mejor recuerdo.
Casi un lustro estuvo en el Estadio Do Dragao, formando un equipo temible, junto a sus compatriotas Radamel Falcao y James Rodríguez, y otros cracks como Nicolás Otamendi, Hulk, Joao Moutinho… Fueron los grandes dominadores de La Liga NOS, y trasladaron su dominio a la Europa League, competición que conquistaron en 2011, tras arrasar con todos los rivales. En enero de 2012, el Inter de Milán se hizo con sus servicios, y le dio la posibilidad de competir en la Serie A.
Eso si, Guarín nunca acabó de consolidarse allí, y en 2016, poco antes de entrar en la treintena, decidió salir del Giusseppe Meazza para mirar por sus intereses económicos. Y se fue a China, concretamente al Shanghái Shenhua, donde le pagaban un dineral. Aguantó un tiempo, antes de regresar a Sudamérica de la mano de Vasco Da Gama, donde ha estado jugando hasta hace poco, pues su contrato expiró en septiembre. Y ya ha encontrado nuevo destino: Millonarios.
A sus 34 años, regresa de este modo a su país natal, aunque siempre se quedará con una espinita clavada. Y esa es no haber podido jugar nunca, ni en La Liga Santander, ni en la Premier League.