Laporta y Florentino Pérez siguen de cerca a un héroe de la Eurocopa

La historia de Dinamarca es digna de contar en las grandes hazañas de la historia reciente del futbol. Porque lo que han conseguido hasta el momento ya se puede colocar, como mínimo, a la altura de lo que obtuvieron en 1992, cuando ganaron, contra todo pronóstico, la Eurocopa. De hecho, es que ni siquiera habían conseguido clasificarse, y solo participaron por la exclusión de Yugoslavia, que en ese momento estaba en guerra.

Aunque no se le quita mérito a lo que consiguieron hace 30 años, ahora tiene más valor emocional, aún si cabe, por la casi tragedia que vivieron en el primer partido. Partían como favorita ante Finlandia, y el choque estaba empate a cero, cuando, de repente, Christian Eriksen se desplomó. Cayó desvanecido, y dejó unas imágenes que serán muy difíciles de olvidar, ya que tuvo que ser atendido con urgencia, y le reanimaron. Llegó a estar muerto por minutos.

Todo esto, enfrente de su público, que no salía de la consternación, del asombro y del llanto. Gracias a Dios, el crack del Inter de Milán sobrevivió, y el resultado fue lo de menos. Porque, ya solo con que siguiera vivo, se podrían dar por satisfechos. Pero es que no solo eso, si no que también han hecho algo impresionante, colándose en los octavos de final, después de vencer en el último encuentro a Rusia, y además, goleando. Un choque en el que brillaron todos, pero en especial, Mikkel Damsgaard.

Barça y Real Madrid ya le estaban haciendo un seguimiento exhaustivo al crack de la Sampdoria, que ha tenido un primer año espectacular en la Serie A. A sus 20 años, se ha erigido en una de las grandes promesas del futbol mundial, y ha maravillado jugando como extremo zurdo o en posiciones más centradas. Talento y magia tiene para aburrir, y, para el que no le conocía, dejó su carta de presentación con un golazo espectacular hace unos días.

Joan Laporta y Florentino Pérez vigilarán de cerca a un crack con un sensacional futuro por delante, y que ha ocupado el hueco de Eriksen.

No le ha quedado grande la responsabilidad.