Ni Oyarzabal ni Nico Williams, Bellingham y Mbappé eligen a sus culpables: indignación Eurocopa
El técnico francés, en el punto de mira, ratificado; Southgate, señalado
En ambos casos eran las selecciones, por nombres y figuras, que comenzaron la Eurocopa como máximas candidatas a llevarse el título que ha ganado España, y las dos, Inglaterra y Francia, han sido víctimas de La Roja, como Alemania (e Italia, Croacia o Georgia), que las ha retratado por su fútbol en ocasiones rácano, poco vistoso y sobre todo carente de efectividad, de ahí que las dos estrellas de sendos combinados nacionales, Bellingham y Mbappé, miren culpables en el banquillo. Y Europa está con ellos.
A muchísimo más
España tiene un fantástico grupo de jugadores, es un enorme equipo, ahora mismo con Argentina, el mejor del planeta, sin embargo no se puede decir que la plantilla de La Roja sea mejor libra por libra que la de los three lions o les bleus, lo cual hace más flagrante la queja de Jude Bellingham y Kylian Mbappé. Ambos jugadores, perdidos en esquemas de juego muy simples, sin aristas, han rendido a un nivel muy inferior del que podrían dar.
En Inglaterra y Francia, de hecho, se ha sido claro: la culpa es de Gareth Southgate y Didier Deschamps, los dos técnicos llamados a darles la corona europea a ingleses o franceses y que se van no solo sin ella, que puede pasar, sino con la sensación de haber perdido una oportunidad, la de aprovechar dos generaciones de jugadores fantásticas. Y la queja interna en sendos países es entendible basando el discurso exclusivamente en el planteamiento.
Estadísticamente, si así lo quieren, no hay color: en ambos casos, España no solo arrebató el control de la pelota a ingleses y franceses (más acusado en el caso de los británicos) sino que sometió a sendos conjuntos en todo momento.
Lo curioso es que Philippe Diallo, presidente de la Federación Francesa de Fútbol, ya ha ratificado a Deschamps hasta 2026, de cara al Mundial. Más complicado lo tiene Southgate que directamente entregó el control del partido a España en la final y, teniendo a jugadores como Kane, Bellingham, Foden, Saka y un larguísimo etcétera, fio la victoria inglesa al repliegue más absoluto y el juego directo.