Sterling y Southgate, descubiertos: rabia de Morata, Hazard e Insigne
Inglaterra avanza y asusta, pero cuenta con un factor que no gusta al resto de equipos
Antes de entrar en materia, cabe decir que Inglaterra ayer consiguió superar un muro anímico tremendo que le coloca en el epicentro de todas las apuestas sobre el favoritismo como futuro campeón de la Eurocopa. Alemania era el eterno contratiempo de los ingleses en las grandes citas, hasta el día de ayer, donde la refriega cayó de manos de los británicos. Y su lado del cuadro, a priori, les favorece; luego, la selección de San Jorge lo tiene a pedir de boca para tocar la gloria. Hasta aquí, todo correcto, pero empieza a haber cierta indignación en el resto de equipos por varios factores descubiertos sobre el cuadro de Raheem Sterling y Gareth Southgate.
El primero y en clave de partido (y de VAR) es que Inglaterra debió quedarse con 10 por una entrada atroz de Kalvin Phillipps a Toni Kroos en el minuto 44, con 0-0 en el partido. Puede pasar que el árbitro no viera la altura y el riesgo de la jugada, que no admite discusión, pero la revisión debió haber entrado para cambiar el color de la tarjeta. Pero quizá Wembley pesa demasiado o eso empiezan a pensar algunos analistas…
Y con esta sospecha no nos retrotraemos simplemente al gol fantasma de Geoff Hurst en el Mundial del 66, una competición extrañamente preparada para al triunfo local, sino también a las sedes y la poca movilidad que va a afectar al equipo de Southgate en esta edición multisede, que no lo es tal para los británicos. De hecho, si Inglaterra consigue salvar la eliminatoria ante Ucrania, algo nada descabellado, jugará en casa hasta la conclusión de su participación, y lo hará de nuevo en el legendario escenario inglés, hogar de las dos últimas rondas.
Es cierto que bastantes preocupaciones tienen ya los Álvaro Morata (Juve), Eden Hazard (Real Madrid) y Lorenzo Insigne (Nápoles), cabezas visibles de España, Bélgica e Italia, como preocuparse con tanta antelación por este factor que tanto favorece a Inglaterra, pero lo cierto es que es un hecho incontestable. Los ingleses se la jugarán en cuartos este sábado ante el equipo de Andriy Shevchenko en el Olímpico de Roma, pero si ganan y llegan a la final, podrán decir que jugaron todos sus partidos menos uno en Wembley, una indudable ventaja que hay que poner en valor.