Hansi Flick estuvo durante todo el verano muy ilusionado con el reto de poder recuperar a la mejor versión de Ansu Fati. El delantero, que había vuelto al Barça después de una frustrante cesión en el Brighton, empezó bien la pretemporada, mostrando cosas interesantes en los entrenamientos, hasta el punto de que Flick decidió que se quedara en la plantilla.

El entrenador alemán, de hecho, le dio minutos, conviertiéndolo en el suplente habitual de Lewandowski, momento en el que empezó a ver que quizás había sido demasiado optimista. Ansu Fati ya no fue el mismo, sin puntería en el remate y, lo que era peor, sin confianza a la hora de luchar balones divididos.

Ansu Fati, un retorno a la élite imposible

Y lo peor todavía estaba por llegar, ya que Ansu Fati volvió a romperse, otra lesión muscular más, y de larga duración. El delantero volvió a la casilla de salida y la sensación que tiene Hansi Flick es que sus predecesores tenían razón. Ansu Fati es joven y puede tener una carrera de éxito en el fútbol profesional, pero no en la élite.

La idea de Flick, de hecho, era que Ansu Fati volviera a la convocatoria para el partido contra el Leganés, tenerlo en el banquillo, pero la desilusión fue máxima cuando el delantero comunicó que todavía le quedaba un poco más, una falta de ambición preocupante.

Flick no cuenta con Ansu Fati

Es por ello que Flick ya ha decidido que Ansu Fati debe hacer las maletas. En el Barça saben que para el mercado de invierno será prácticamente imposible, ya que ningún club lo quiere en estos momentos, con el riesgo a que no pueda jugar demasiados minutos. El plan, pues, es que el delantero juegue lo máximo posible en la segunda vuelta, para tener argumentos para poder sacárselo de encima en verano.

Lo que está descartado es que Ansu Fati vaya a seguir en el Barça la temporada que viene. Solo sucedería si resurgiera de sus cenizas con un rendimiento estratosférico, algo que ya nadie espera. En el Barça han perdido la fe en Ansu Fati.