Lamine Yamal desencadena hostilidades en el vestuario del Barça
El extremo catalán quiere que el Barça fiche a un jugador polémico para el vestuario

A pesar de que solo tiene 17 años, Lamine Yamal es uno de los mejores jugadores del mundo y una pieza clave en los esquemas de Hansi Flick. Por eso, el extremo catalán del FC Barcelona, viendo su estatus, ya estaría pidiendo fichajes de renombre a la dirección deportiva y el último de ellos sería sobre un futbolista que ya soñaba con jugar con él a partir de esta temporada, pero la operación no fructificó.
Ahora, el Barça podría volver a intentarlo de cara al próximo verano. Se trata de Nico Williams, el extremo izquierdo del Athletic Club que podría acabar abandonando el conjunto bilbaíno definitivamente al final de este curso. La continuidad del vasco no está asegurada y es posible que la entidad culé vuelva a la carga por él dentro de unos meses, a petición de Lamine y también de Flick.
Lamine Yamal quiere el fichaje de Nico Williams
El técnico alemán preferiría a alguien como Nico para la banda izquierda del ataque, por delante de otros objetivos que tiene el club en su lista como Luis Díaz o Rafael Leão. Sin embargo, este interés por el futbolista del Athletic estaría creando hostilidades y problemas dentro del vestuario azulgrana, teniendo en cuenta que un jugador actual de la plantilla no estaría muy contento con su fichaje.
Es el caso de Raphinha, que ya ha dicho por activa y por pasiva que estaría muy en contra de la incorporación del extremo vasco, ya que vendría a quitarle el sitio en el once titular. Aun así, Lamine quiere tener cerca a uno de sus mejores amigos en el mundo del fútbol, como ya se vio en la selección española, formando una gran relación, por lo que también quiere tenerlo en el Barça.
Un precio asequible para su nivel
Por lo tanto, está por ver si el conjunto azulgrana se lanzará definitivamente a por Nico Williams el próximo verano o su culebrón ya ha terminado. Aparte de la gran calidad que tiene, su cláusula de rescisión también es una gran oportunidad, ya que solo costaría unos 58 millones de euros, un precio asequible para la inflación actual del mercado y el nivel que tiene el vasco.