Arne Slot autoriza las negociaciones entre Liverpool y Barça para el traspaso de Luis Díaz

La afición del Liverpool ha pasado del éxtasis a la depresión en apenas unas semanas. Porque han visto como su equipo quedaba eliminados de la Champions League a manos del Paris Saint-Germain y como perdía la final de la Carabao Cup contra el Newcastle en apenas unos pocos días de diferencia. Y solo cruzan los dedos para que el título de la Premier League no se escape, aunque esto sería una sorpresa mayúscula, considerando el colchón de puntos que tienen.

Pero lo peor puede llegar en verano, momento en el que varias de sus estrellas amenazan con irse. Es el caso de Trent Alexander-Arnold, de Virgil Van Dijk y de Mohamed Salah, que quedan libres en junio, y han amenazado con decir adiós, sobre todo, el africano, que ya ha confirmado que no seguirá. Y a ellos se les puede sumar un Luís Díaz que, pese a ser imprescindible en los esquemas de Arne Slot, no se encuentra nada satisfecho.

No tiene una relación precisamente fluida con el técnico holandés, con el que ya ha tenido más de un encontronazo, y se siente muy decepcionado con el trato que ha recibido por parte de la directiva. Porque lleva mucho tiempo exigiendo una mejora en su sueldo, que refleje la importancia que tiene en el cuadro ‘red’, ya que es uno de los peores pagados del vestuario. Pero hasta la fecha, todas sus peticiones han sido rechazadas de manera categórica. 

Y esto ha provocado que el crack cafetero se sienta menospreciado e insultado, y haya pedido a su agente que le busque una salida de Anfield, tres años y medio después de su desembarco. No le faltarán ofertas para elegir, y una de las escuadras que ha mostrado más interés a lo largo de los últimos meses ha sido el Barça, que no se olvida de él. Fue una de las primeras peticiones de Hans-Dieter Flick al asumir el cargo, y sigue creyendo que es un fichaje estelar.

Slot, lejos de cerrarle las puertas, ha autorizado al Liverpool que negocie la venta de Díaz, aunque esto no quiere decir que le vayan a poner las cosas sencillas ni a Joan Laporta ni a Deco. Y pedirán un mínimo de 75 millones de euros.