El Liverpool se olvida de Huijsen, que elige al Real Madrid, y ya tiene una alternativa

El Liverpool ha tirado la toalla y se ha retirado de la puja por Dean Huijsen, quien era considerado como un objetivo primordial tras haber quedado impresionados con el desempeño que ha tenido en las filas del Bournemouth desde su llegada, hace apenas un año. Andoni Iraola lo vio muy claro y apostó por él cuando todavía era un desconocido para la gran mayoría del público, y el tiempo le ha acabado dando la razón, consagrándose como uno de los mejores centrales del momento.

Ha sido toda una revelación en la Premier League, lo que le ha servido para colarse en la agenda de grandes equipos de Europa, y para estrenarse con la selección española absoluta, tras rechazar a Holanda, su país de nacimiento. Y conjuntos como los ‘reds’ ya tenían preparada una ofensiva valorada en algo más de 45 millones de euros para poder sacarlo de los ‘cherries’, aunque parece que su futuro ya está decidido, y pasará por el Real Madrid. 

Florentino Pérez ha identificado al canterano del Málaga y de la Juventus como una solución perfecta a los problemas que en el Santiago Bernabéu existen en el eje de la zaga, por lo que se encuentra en conversaciones muy avanzadas para que vista de blanco a partir de verano, dejando sin respuesta al resto de admiradores que tiene el crack nacido en el año 2005, que no son pocos. Y en Anfield han asumido que no tienen nada que hacer.

Tras perder a Trent Alexander-Arnold, que también acabará en la capital española, ahora Huijsen se ha sumado a la lista de decepciones. Por suerte, el Liverpool no ha tardado mucho tiempo en identificar otro central que consideran que cumple con todos los requisitos para ser el nuevo socio de Virgil Van Dijk, y actualmente defiende la elástica del Milan. Porque Strahinja Pavlovic también ha conseguido convencer a Arne Slot de que es un fichaje sensacional.

Fichado el pasado verano desde el Salzburgo, ya es uno de los líderes del combinado lombardo, que exigirá más de 37 ‘kilos’ para que pueda decir adiós, un precio que los ingleses están dispuestos a pagar.