Flick se ha olvidado de él y negocia para irse con Cristiano Ronaldo

Hans-Dieter Flick solicitó un refuerzo sorprendente en el pasado mercado estival, tras constatar que el fichaje de Nico Williams no era viable para el Barça. Joan Laporta y Deco no pudieron alcanzar un acuerdo, a pesar de los intentos que realizaron para sacarlo del Athletic Club de Bilbao, y esto provocó que se quedara en su actual escuadra. Y aunque siguen teniendo interés por el hispano-guineano, ha dejado de ser una prioridad.

Las brillantes actuaciones que han llevado a cabo tanto Raphinha como Ferran Torres han provocado que ya no exista la urgencia ni la necesidad de reclutar a una nueva pieza para el ataque, lo que ha hecho que Kingsley Coman también caiga en el olvido. El crack del Bayern de Múnich fue la alternativa que ‘Hansi’ puso encima de la mesa el año anterior, aprovechando que podía aterrizar en unas condiciones realmente favorables, mediante una cesión.

No tenía un hueco asegurado en los planteamientos de Vincent Kompany, y mucho menos tras la llegada de Michael Olise, lo que provocó que estuviera dispuesto a hacer las maletas. Algo que tampoco se acabó de concretar, aunque hizo saber que estaba realmente interesado en desembarcar en el Spotify Camp Nou, y reencontrarse con el que fue su entrenador. Y en el cuadro teutón ha vivido una campaña realmente complicada a nivel personal.

Como se esperaba, su papel ha sido mucho más secundario de lo que estaba acostumbrado, y se ha tenido que conformar con ser simplemente un revulsivo, y una pieza más a la hora de hacer rotaciones. Es por ello que no se ha planteado en ningún momento ampliar el compromiso que le une al Allianz Arena, y ha comenzado a buscar un nuevo destino. Pero el Barça ya no está interesado en el canterano del Paris Saint-Germain, quien ahora mismo estaría más cerca de irse al Al-Nassr junto a Cristiano Ronaldo. 

La propuesta más tentadora que Coman ha recibido procede de Arabia Saudí, y valoraría con buenos ojos la posibilidad de salir de Europa para probar suerte en el continente asiático, donde le ofrecen un salario absolutamente desorbitado, muy difícil de igualar.