James Rodríguez se despide del Rayo Vallecano, se va con Messi

James Rodríguez ha puesto punto y final a su estancia en el Rayo Vallecano, una aventura que comenzó con mucha ilusión y que generó una enorme expectación, pero que ha acabado siendo un fracaso rotundo. Venía de completar una Copa América fantástica, en la que fue elegido como MVP del torneo, y ayudó a su selección a alcanzar la final, donde cayeron ante Argentina, y todo hacía indicar que sería una de las estrellas del cuadro franjirrojo.

Pero rápidamente comenzaron a llegar las malas noticias, pues el entrenador, Íñigo Pérez, le acusó de estar en baja forma, y por esta razón tardó mucho tiempo en introducirlo en las rotaciones. Y hasta la fecha, ha sido incapaz de afianzarse en la titularidad, teniendo que conformarse con un papel claramente secundario, como lo demuestran sus pobres estadísticas. Y es que apenas ha disputado un total de 205 minutos en siete encuentros.

Es evidente que en el Estadio de Vallecas no estaban satisfechos con el colombiano, y el crack cafetero tampoco estaba cómodo. Por lo que ambas partes han optado por poner punto y final a su relación, aunque aún tenía un contrato firmado hasta el mes de junio, y renunciará a todo el dinero que le quedaba por cobrar para poder irse con efecto inmediato, y probar suerte en otro lugar. Y lo más probable es que su futuro se encuentre lejos de Europa.

Aún no se ha filtrado dónde se encontrará su siguiente desafío, pero todo lleva a pensar que será en la MLS, una competición en la que ya tuvo pretendientes recientemente. Allí podría competir contra cracks de la talla de Leo Messi, de Luis Suárez o de Marco Reus, que también juegan ahora mismo en Estados Unidos, aunque en el caso de James, la franquicia que más interés ha mostrado en poder ficharlo es el Chicago Fire, donde se retiró Bastian Schweinsteiger, y donde también jugó su compatriota Jhon Durán.

Un nuevo comienzo para el que fuera futbolista del Oporto, del Mónaco, del Everton, del Real Madrid, del Bayern de Múnich, del Sao Paulo o del Olympiakos, que sigue sin levantar cabeza.