Musiala tiene dos enemigos en el vestuario del Bayern que le empujan a irse
Jamal Musiala, con opciones de dejar el Bayern
Jamal Musiala sigue en contacto con el Bayern de Múnich para negociar la posible ampliación de su contrato. Es una de las grandes prioridades que se han marcado ahora mismo en el conjunto teutón, que no quiere ver como una de sus caras más reconocibles se marcha en verano. Pero si no llegan a un acuerdo, estarán obligados a venderlo pronto, ya que finaliza su vínculo en 2026, y corren el riesgo de que próximamente se vaya con la carta de libertad.
Vincent Kompany pide a la directiva bávara que haga todo lo que esté en su mano para impedir la fuga del crack nacido en el año 2003, que es imprescindible en sus esquemas. A pesar de su edad ya tiene una dilatada experiencia en la élite, y hace tiempo que está consagrado como uno de los mejores atacantes del planeta. Y todavía no ha tomado una decisión con respecto a su futuro, así que la idea de firmar un nuevo documento de trabajo no está descartada.
Pero para rechazar a los múltiples pretendientes que han contactado con él, pide ser el mejor pagado del vestuario. Quiere que se le reconozca la importancia que tiene en el Allianz Arena, y que hagan un considerable esfuerzo económico para blindarlo. El problema es que hay dos cracks que se niegan a que esto suceda, y que también quieren tener la ficha más alta del equipo, comenzando por Harry Kane, que es la referencia ofensiva desde que llegó, hace poco más de un año.
Fue el elegido para hacer olvidar a Robert Lewandowski, y su rendimiento en la Bundesliga ha sido espectacular. Para el inglés sería injusto que Musiala percibiera la misma ficha que él, y provocaría un incendio que obligaría al técnico belga a tener que intervenir. Y el otro crack del Bayern que también exige estar en lo más alto de la escala salarial para no irse a otro lugar es Joshua Kimmich, que será el capitán cuando Manuel Neuer y Thomas Müller cuelguen las botas, algo que puede ocurrir en junio.
El caso del centrocampista de 29 años es aún más preocupante, ya que quedará libre cuando finalice el curso, y Kompany ya está haciendo todo lo posible para convencerlo de que siga.
Hay un lío a tres bandas, y una pelea de egos para ver quién merece ser el mejor pagado del club.