Se ha convertido en el gran error de Pep Guardiola, Barça y Real Madrid acertaron descartando el fichaje
Un futbolista fracasa en el Manchester City
Savio Moreira es una de las piezas del Manchester City que está coleccionando más críticas por la complicada crisis que atraviesa el equipo que entrena Pep Guardiola, que apenas ha logrado una victoria en los últimos once encuentros, y no consigue ver la luz al final del túnel. Hay varios jugadores que no están rindiendo a la altura de las exigencias, y entre ellos podemos mencionar al prometedor extremo de 20 años, que no acaba de cuajar en la Premier League.
Después de impresionar en las filas del Girona y de convertirse en una de las sensaciones de la pasada edición de La Liga EA Sports, llamó la atención de las grandes escuadras del continente, y entre sus admiradores se colocaba al Barça y al Real Madrid. Tenía ofertas para elegir y estaba en el punto de mira de muchos equipos importantes, aunque se acabó decantando por probar suerte en el Etihad Stadium, donde está lejos de su mejor nivel.
Florentino Pérez y Joan Laporta acabaron descartando su incorporación, y el tiempo ha dado la razón a ambos, viendo las discretas actuaciones que está completando en su periplo por el fútbol inglés. Ahora mismo es suplente habitual, a pesar de la escasa aportación de otros atacantes del cuadro ‘citizen’ como Jack Grealish, Jérémy Doku, Phil Foden o Bernardo Silva, y aún ni siquiera ha sido capaz de estrenarse como goleador.
Sí que ha contribuido con cinco asistencias en los 21 partidos en los que ha participado, pero es evidente que se esperaba mucho más de Savinho, al que se le ha quedado grande el City. Guardiola no acaba de estar satisfecho con sus actuaciones, y de momento está considerado como una de las grandes decepciones de la temporada. Mucho tendrá que mejorar el canterano del Atlético Mineiro para lograr acabar con las dudas, y cambiar las críticas por halagos.
Por ahora, está muy lejos de justificar la inversión de 25 millones de euros que realizaron para sacarlo del modesto Troyes francés, una cantidad que parecía ser una ganga.
Como muchos avisaron, lo mejor que podía hacer era quedarse otro año más a préstamo en Montilivi.