Traicionó a Deco, no tiene minutos en Londres y suplica al Barça que lo perdone, tiene las puertas cerradas
El Barça no perdona a traidores
Quizás ya haya caído en el olvido popular, pero hace apenas un año, el Barça estaba muy cerca de incorporar a sus filas a uno de los talentos con más proyección que había en el fútbol europeo. Tras haber reclutado a Vitor Roque, Deco y Joan Laporta trabajaban sin descanso en la llegada de otra joven promesa de la que hablaban auténticas maravillas, y que aseguraban que tenía un potencial espectacular, que le llevó a ser comparado con Martin Ödegaard.
En este caso, el protagonista era Lucas Bergvall, que ya estaba afianzado como la gran estrella de su club, el Djugarden, y también había tenido la oportunidad de debutar con la selección absoluta de Suecia, su país natal, compartiendo vestuario con otros cracks de la talla de Alexander Isak, Viktor Gyökeres o Dejan Kulusevski. En el Spotify Camp Nou estaban en negociaciones muy avanzadas, y el acuerdo se daba prácticamente por cerrado en muchos medios.
Tenían la intención de pagar unos ocho millones de euros entre fijos y variables, y que comenzara jugando con el filial, compitiendo en Primera Federación, antes de poder dar el salto al primer equipo, para que se fuera adaptando poco a poco al ritmo del fútbol español. Pero cuando todo estaba visto para sentencia, y a punto de caramelo, apareció en escena el Tottenham, que puso toda la carne en el asador, y presentó una oferta mucho más elevada en el punto de vista económico.
Esto resultó determinante para que el mediocentro de 18 años, que sigue en edad juvenil todavía, se decantara por dejar tirado al Barça, y trasladarse a Londres. Pero las cosas no podrían haber salido peor para él, ya que en todo momento ha tenido un papel secundario en los planes de Ange Postecoglou, y únicamente ha podido acumular un total de 551 minutos entre todas las competiciones, divididos en un total de 20 encuentros, y casi todos entrando desde el banquillo.
Bergvall se arrepiente de haber traicionado a Laporta y a Deco, y ha suplicado que le perdonen. Pero ya no quieren saber nada de él, y tiene las puertas cerradas de par en par.