3 bombas de relojería en el Barça y Busquets, sin paz: Xavi los señala

Cuesta mucho a un equipo de primer nivel recular sobre una idea tan reciente, pero desde luego que Xavi, al menos de puertas adentro, lo tiene claro sobre el futuro del Barça, ese que nos lleva a la campaña 23/24: si puede, prefiere quedarse una temporada más a Sergio Busquets y desde luego para nada se quiere desprender de Frenkie de Jong, que sonó para salir. Para él, si hay que hacer caja tiene tres candidatos de primer orden.

Uno, Franck Kessié, simplemente lo tiene complicado para sacar la cabeza en el tipo de fútbol control que plantea el Barça y en el que además de los dos centrocampistas citados hay jugadores como Pedri o Gavi cerrándole al costamarfileño las puertas de la titularidad. Además, aseguran de puertas dentro de la entidad catalana, al mismo jugador africano se le está acabando la paciencia y mira a verano como una solución final a su escasez de protagonismo. En eso está de acuerdo con Xavi: si puede dar dinero al Barça y buscar un futuro más provechoso para él, mejor.

Más traumáticas serías las ventas de Raphinha y Ferran Torres, dos apuestas en firme recientes y de un calado superlativo: valieron entre ambos nada menos que 113 millones de euros. Pero seamos claros, el Barça tiene problemas financieros y con Ousmane Dembélé, los mismos Gavi y Pedri, Robert Lewandowski y Ansu Fati por delante del brasileño y el español, no es que el Barça quiera venderlos, ni Xavi, solo que si llega una oferta suculenta por ellos serían una gran opción, una que deportivamente no sería tan dañina.

Es verdad que a día de hoy lo tiene más complicado el ex del Manchester City que el del Leeds, pero también es cierto que Raphinha tiene mejor mercado que Torres, siendo por ejemplo el Arsenal un equipo que ya ha mostrado interés -tímido- en el internacional con Brasil. Sobre ello, vaya por delante que Xavi no quiere venderlos sin recambio; es solo que si tiene que elegir salidas, prefiere que sean estos tres los futbolistas los que sean puestos en el mercado de fichajes veraniego. Uno ya lo ha aceptado, resta saber qué opinan los otros dos, que llegaron para comerse el mundo en la ciudad condal y cada vez están más cerca de pasar desapercibidos.