¡Atención! Zidane no pasa ni media ¡Corta de raíz este enfado!
El míster galo no permite voces disonantes
Se discute si su idea futbolística es la mejor o si tiene cierta suerte en los momentos más cruciales -lo cual, con tres Champions League consecutivas (una más como segundo y otra más como jugador, es decir cinco) es un absurdo- pero lo que no se puede poner en duda sobre Zinedine Zidane es su maestría para manejar vestuarios y su personalidad para mantenerlos justo donde quiere tenerlos. Y para eso habla con los jugadores, se deja sentir y aplaca cualquier conato de rebelión, a veces con dureza, otras con templanza.
Se especuló sobre si Zizou señaló a Isco Alarcón y Toni Kroos en el derbi ante el Atlético de Madrid al sustituirles en el descanso, pero menos se habla de que sus cambios, introduciendo a Vinicius Junior y Lucas Vázquez, modificaron el rostro del Madrid, que en la segunda parte pasó por encima de su vecino capitalino, el cual le había dominado en la primera parte, y terminó por llevarse un derbi (1-0, con gol de Benzema) en el Santiago Bernabéu que hacía seis años que el Madrid no ganaba.
Ni le gustó al alemán la salida, ni al de Arroyo de la miel, pero saben reconocer el genio de Zidane, que quebró su idea de cinco centrocampistas y perfiló rápidamente un equipo más vertical y ofensivo con los dos extremos, desarbolando a los rojiblancos en los segundos 45 minutos. Al final ni el 8 ni el 22 dijeron nada al francés, porque acertó. Tampoco Gareth Bale o Marcelo pueden hacerlo, ya que se han quedado fuera porque hay gente que lo hace mejor.
El caso del brasileño va para largo y parece definitivo; hoy por hoy por juego, equilibrio y físico, el carioca no puede llegar al nivel de Ferland Mendy, que ha pasado de la corrección a dar una asistencia de oro a Benzema y cerrar todo lo cerrable por su banda. Es indiscutible. Y la resurrección de Vinicus, con Rodrygo Goes en la recámara, más la irrupción de Lucas Vázquez y con Eden Hazard a punto, la ausencia de Gareth Bale ya no es ni noticia, ni se le echa en falta. Zidane hace que todo cambio, teóricamente agresivo, suceda con normalidad, en armonía y sumando. El Madrid sigue líder, ganó a su eterno rival y nadie puede alzar la voz contra el francés que ya agita la varita de los títulos.