¡Bomba! En el Barça ya lo saben: cracks a partir de 2022 se complican
Drama: La situación es desastrosa y afectará de lleno a la planificación deportiva
El proyecto de construir un nuevo estadio comenzó a rondar en las cabezas de las directivas blaugranas y merengues a la par: entre los años 2012 y 2013 ambos clubes se dieron cuenta de que sus templos se habían quedado desfasados y obsoletos y de que en Europa había una nueva hornada de equipos con estadios del siglo XXI que les habían adelantado por la derecha: Juventus, Tottenham, Arsenal, Bayern de Munich o Borussia Dortmund.
Es por ello que los dos equipos más fuertes de España comenzaron a proyectar sus nuevos terrenos de juego y pronto tuvieron fechas de finalización listas: el Real Madrid lo haría en 2022 y el Barcelona un año más tarde, en 2023. Hasta aquí todo en orden. El problema ha llegado cuando, estando ya cada vez más cerca de terminar este aciago año 2020, uno de los dos lleva trabajo adelantado aprovechando la era Covid-19 mientras que otro ni tan siquiera ha comenzado, como quien dice, con ellas.
Y es que efectivamente el Madrid, tras unas primeras semanas de parón tras el primer estado de alarma en Marzo, rápidamente se pusieron los medios para recuperar ese tiempo perdido y ganar aún más meses al desplazar los partidos del primer equipo a Valdebebas. Por su parte el Barcelona vive inmerso en un caos institucional como nunca antes se había visto, por lo que las obras han quedado en un segundo plano tras el encarecimiento presupuestario, la retirada del principal fondo de inversión y los balances negativos de la caja del club.
Esto provocará que en 2022 el Real Madrid ya podrá competir con los mejores equipos de Europa en cuanto a los ingresos relacionados con la explotación del campo y todo lo que se dé en él (restaurantes y museo principalmente). Mientras tanto, el Barcelona tendrá que esperar, como pronto, hasta verano de 2024 y puede que incluso se termine retrasando algunos meses más.
El tema no es baladí, ya que los ingresos obtenidos por medio de estas actividades son capitales para el éxito económico de un club puntero, por lo que el Barcelona podría no estar preparado para afrontar los contratos de jugadores en cuestión de uno o dos años, cuando el resto de competidores tengan sus nuevos campos listos y el Barça aún dispute sus encuentros en un estadio del siglo XX con ingresos del siglo XX.