Dice no a Messi y al Barça para jugar con Zidane en el Real Madrid
Prefiere vestir de blanco
Bruno Fernandes se quedó con la miel en los labios el pasado verano. El centrocampista portugués estuvo cerca de aterrizar en el Real Madrid, que andaba en búsqueda, de manera desesperada, de un crack para reforzar la medular. Pero el deseo obsesivo de Zinedine Zidane por Paul Pogba paralizó todo, y obligó al luso a quedarse en el Sporting de Portugal.
Tuvo ofertas de muchos equipos de Europa, pero se la jugó y quiso esperar hasta el último minuto al cuadro blanco, con la esperanza de ser el elegido finalmente. Ahora, ya ha aprendido la lección, y no lo dejará todo hasta el último momento. Tiene decidido cambiar de aires, y lo hará antes del 31 de enero, pero, otra vez, volverá a esperar algún movimiento de Florentino Pérez.
Eso si, si en los últimos días de mercado no ha habido contactos, entonces comenzará a estudiar el resto de opciones. Por ahora, su agente, Jorge Mendes, ya le ha transmitido a la directiva lisboeta su intención de salir del Estadio José Alvalade, y le han colocado precio: 60 millones de euros. Una cantidad aceptable por un jugador que veremos en la próxima Eurocopa como titular.
Este curso sigue al mismo nivel que el anterior y registra 13 dianas y 13 pases de gol entre todas las competiciones. A sus 25 años, Fernandes está en plena madurez y tiene a equipos como Manchester United o Tottenham siguiéndole muy de cerca. Incluso ha sido vinculado al Barça, en caso de que Carles Aleñá, Arturo Vidal, Riqui Puig y compañía acaben saliendo.
Una opción, la de compartir vestuario con Leo Messi, que Bruno no se plantea. Su gran sueño es jugar en el Madrid y no se cerrará las puertas. Avisados están en el Santiago Bernabéu: está dispuesto a hacer lo que haga falta.
Pero que no se demoren mucho…