El Barça y Bartomeu tienen bombazo en enero (no es Depay): jugadón
Koeman va a seguir poniéndole pero en el club se le quiere incluir como cláusula
Ni le gusta a Ronald Koeman la deriva del asunto ni le tiene tranquilo a Josep Maria Bartomeu, por lo que el presidente ha tomado una decisión que cree le puede dar alas al equipo y a su figura de cara a la competición y a su imagen personal. Y es la que sitúa el bombazo deseado por el Barça desde hace tiempo al alcance en esta misma temporada y a coste cero. No es fácil que ocurra... salvo que se tenga justo lo que desean los receptores de la oferta, el Inter de Milan.
Y es que lo que mal empieza, a veces, mal acaba. Eso es justo lo que representa el camino de Antoine Griezmann en el Barça: un mal comienzo, una continuación no mucho mejor y una perspectiva de futuro poco halagüeña. Llegado este punto y con Ronald Koeman incluso planteándose quitar al francés para dar entrada a su compatriota –y díscolo discípulo culé- Ousmane Dembélé, ¿por qué no tratar de buscar un lugar mejor para ex del Atlético de Madrid a la par que el Barça se beneficia de ello?
Y eso es justo lo que pueden estar pergeñando en las oficinas del Camp Nou, según apuntan ciertas fuentes, con respecto a El Principito y Lautaro Martínez, estrella de Inter que ha empezado esta temporada con el mismo ímpetu que la anterior. Las malas sensaciones de Griezmann, su deseo de cambiar de aires y las ganas de Lautaro de vestirse de blaugrana deberían hacer el resto. Y como no hay exceso, sino más bien defecto, de dinero en las arcas culés, el intercambio es la clave.
Y a Bartomeu le consta que en Milán si se pensarían semejante cambio de cromos, toda vez que los nerazzurros quieren construir ya un imperio y no tienen tiempo de medias tintas. Y Griezmann es un goleador consumado, de larga experiencia, talla mundial y con hambre de títulos (solo que en el Barça no tiene sitio) tanto a nivel de clubs como con Les Bleus. Así las cosas, el Barça solo aceptaría la propuesta que pueden plantear en enero al Inter si el cambio de cromos entre Griezmann y Lautaro es puro y duro, sin cláusulas extrañas ni gastos a mayores.