El Clásico echa ya a rodar: Real Madrid y Barça sacan pecho, pero...
Dos semanas intensas y un plato fuerte incontestable para gobernar LaLiga
Resulta permitente empezar a hablar del primer Clásico de esta temporada porque tanto Real Madrid como FC Barcelona han sufrido pérdidas sensibles venidas de los partidos de las selecciones, algunas estarán ausentes en el choque del Santiago Bernabéu, y porque los cuatro partidos que afrontan ambos en estas dos próximas semanas hasta el duelo directo marcan totalmente el devenir del futuro de los dos equipos en LaLiga. Quien pierda, caerá muy dolido a la lona.
A priori, sobre la pregunta de cuál de los dos llega mejor al partido, sería justo responder que levemente el Real Madrid, básicamente porque hasta el momento actual tiene dos puntos de ventaja sobre los blaugranas y no solo no ha perdido ningún partido esta temporada, sino que lo ha ganado todo. Aun así, hay matices que hacen de este análisis generalista una lectura superficial, ya que el Barcelona, hasta la fecha, está logrando sus objetivos.
En can Barça han conseguido en tiempo récord hacer un equipo poderosísimo, con una de las mejores plantillas del continente y, como decimos, que sendos componentes sean efectivos desde el primer momento. Y no solo eso, han logrado hacerse con un crack mundial que rinde como tal, como es Robert Lewandowski, complementado por dúo convincente para el tridente, con Dembélé y Raphinha. Pero por encima de todo Xavi ha conseguido justo aquello que busca: juego vistoso, pero vertical, intenso y de sometimiento del rival. Sin duda estas ganancias hacen del Barça, por fin, un adversario temible para cualquier equipo del globo. Ahora bien, también hay sombras. Y las hay con respecto al Clásico, lo que se convierten en luces para el Madrid.
Los culés pierden muy probablemente para el partido del Bernabéu a Ronald Araújo, Jules Koundé, Bellerín y Memphis Depay, siendo especialmente sensibles las dos primeras caídas. Por otro lado, el Barcelona ya ha mostrado su vulnerabilidad en el presente curso, quizá no de forma merecida pero sí efectiva, que es lo que cuenta. Se fue a la lona en el Allianz Arena y el Rayo Vallecano logró pararle los pies.
Digno campeón de Europa
Enfrente, el Real Madrid saca pecho por resultados y virtudes, que, en el ataque, en base a las ocasiones generadas, son devastadores: como máxima sirve decir que si el rival deja un hueco, el Madrid lo aprovecha. Eso no ha cambiado; de hecho, ha mejorado. Además, sin Benzema, los blancos no han acusado su ausencia, demostrando que su madurez y jerarquía es total. Vinicius cada vez se parece más a un luchador por el Balón de Oro y futbolistas como Rodrygo Goes y Fede Valverde no paran de crecer y sorprender. Se ha acertado al instante con el gran fichaje, Aurélian Tchouameni, que mejora a Casemiro, y su juego, el del equipo, está articulado, se sabe en qué dirección puede brillar.
Con todo ello, hay pocos peros que ponerle al Madrid, que si cabe adolece en demasiados partidos de un juego falto de revoluciones, excesivamente posicional y contemplativo que le ha llevado a encajar no pocos goles e ir usualmente al límite, con varias remontadas a contrarreloj en choques sobre el papel asequibles. Como prueba, un dato, no hay hasta la fecha rival inferior al Madrid en potencial que no haya dominado en ciertas fases a los de Carlo Ancelotti. Pero, dicho sea de paso, eso no ha demostrado ser un inconveniente para el Madrid…
Es verdad que dos partidos de LaLiga y dos de la Champions League se interponen entre este decisivo Real Madrid-Barcelona (16 de octubre, 16.15, hora española) antes del Mundial, pero no se engañen, ese choque ya se está jugando: si caen en alguno de esos cuatro duelos llegarán con más presión, de lo contrario, entre la perfección, es el cara a cara quien decidirá el primer ganador de la guerra 22/23.