El elegido por Florentino para suplir a Zidane no es Pochettino, es él
La sucesión en el banquillo del Real Madrid se hará antes de diciembre
Fue bonito mientras duró, pero las urgencias son malas consejeras y lo que mal empezó, peor ha acabado. Pocas opciones le quedan ya a Zizou de mantener el puesto: Florentino Pérez, pendiente de conservar su cabeza ante una planificación penosa, le cierra la puerta y ya sondea a su recambio, al que dará entrada, si las cosas siguen por este cariz, antes de enero. Y este no es Mauricio Pochettino, sino Raúl González Blanco. Otra leyenda salta al ruedo sin calentar.
Pero es lo que tiene este club, no obstante se veía venir. El Madrid no tiene rumbo y se le presuponía tal cosa con una plantilla pasada de rosca, carente de calidad y con profundos vicios estructurales que no van a cambiar. Cuando algo está estropeado, lo normal es que los problemas en la maquinaria crezcan si no se recambian las piezas defectuosas. Y el Madrid de Florentino Pérez, que es una estructura sin renovación desde más allá de tres temporadas vista, se está deshaciendo fruto del desgaste, donde para colmo de males no ha habido más renovación que piezas en mal estado: Jovic, Militao, Hazard y Rodrygo han sumado más problemas financieros y deportivos que soluciones. Y todo eso lo va a heredar Raúl. Mal asunto.
Por eso en las calles y en el pulso de la afición todo el mundo dispara contra el presidente, que no ha sabido leer entre líneas, y contra Zidane, que ha dejado ir herramientas que sí podían engrasar la maquinaria. La reforma del Santiago Bernabéu (que solo pidió Florentino) y el crédito de 600 millones han capado la inversión y el vehículo blanco no carbura, no arranca. Ni lo va a hacer. Imaginamos que Raúl, si acepta, sí sabrá donde se mete y pedirá fichajes en enero.
No fue este verano, sino tras la final de Kiev cuando todo el mundo –bueno, no todo, porque Florentino y Zidane no se percataron- vio que sin Cristiano Ronaldo -que avisó el primero de todos que él se bajaba del tren- el Madrid necesitaba un goleador. También otro mediocampista del corte de Casemiro. Pues bien, tres años después el Madrid no solo sigue sin lo uno ni lo otro, es que encima ha perdido otros nombres (Bale, James, Ceballos…) que antes eran soluciones posibles y ahora no existen. Cuando surgen los problemas sobre el césped, uno mira al banquillo merengue y el panorama es desolador. A lo mejor Raúl puede aceptar porque conoce el valor del Castilla y pretende sentar para siempre a los Isco, Marcelo, Lucas, Rodrygo, Militao y esa enorme compañía para dar entrada al talento de La Fábrica. Al menos, piensan los hinchas merengues, ya sería un cambio y con gente de la casa.