El Girona quiere dar un doble golpe al Barça con dos fichajes sorpresa
El Girona prepara movimientos estratégicos para reforzar su plantilla de cara a la próxima temporada.

El Girona FC sigue dando pasos firmes en LaLiga y ya piensa en reforzar su plantilla para la próxima temporada. Michel, su entrenador, tiene claro que quiere incorporar talento joven y con hambre de demostrar su calidad. En su lista hay dos nombres que sorprenden: Ansu Fati y Pablo Torre, ambos jugadores del FC Barcelona.
Ansu Fati era considerado el heredero de Messi, pero las lesiones han frenado su progresión. A sus 22 años, sigue teniendo un talento enorme, pero en el Barça no ha logrado recuperar su mejor versión. Hansi Flick no le ha dado el protagonismo que esperaba y su continuidad en el club blaugrana está en duda.
El Girona lo ve como una oportunidad única. Michel cree que podría ser el líder ofensivo del equipo y que, con confianza y minutos, volvería a ser el jugador desequilibrante que maravilló a toda España. El club está dispuesto a negociar con el Barça una cesión o incluso un traspaso en condiciones favorables.
Pablo Torre, un refuerzo para el centro del campo
El otro gran objetivo del Girona es Pablo Torre. El mediocampista llegó al Barça desde el Racing de Santander con la etiqueta de futura estrella, pero no ha tenido la continuidad que necesita. Su calidad técnica es indiscutible, pero en el primer equipo apenas ha contado con oportunidades.
Michel cree que Torre encajaría perfectamente en su sistema de juego. Su visión, su precisión en los pases y su capacidad para organizar el juego podrían darle al Girona un salto de calidad en el centro del campo. Además, el club le garantizaría minutos y confianza, algo que en el Barça parece complicado.
El Girona ya ha demostrado que puede ser un destino ideal para jugadores jóvenes que buscan relanzar sus carreras. Con la posibilidad de disputar competiciones europeas la próxima temporada, el proyecto es más atractivo que nunca.
Estos movimientos no solo reforzarían al Girona, sino que también debilitarían al Barça, que perdería dos talentos que, en otras circunstancias, podrían haber sido piezas clave en su futuro. Ahora la pelota está en el tejado de los clubes y de los jugadores, que deberán decidir su próximo destino.